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Ray J Net Worth (Money & Salary)
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Novak Djokovic Net Worth (Money & Salary)
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Bert Kreischer Net Worth (Money & Salary)
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Tony Hawk Net Worth (Money & Salary)
Title: Last Updated: What Is Tony Hawk’s Net Worth? With a net worth of $140 million, Tony Hawk stands out as an American professional skateboarder and entrepreneur. He is undoubtedly the most decorated and highest-earning professional skateboarder to date. Beyond making tens of millions from endorsements, tournament winnings, appearance fees, and more throughout his career,…
Robert Downey Jr. Net Worth (Money & Salary)
Title: Last Updated: What is Robert Downey, Jr.’s Net Worth? With a net worth of $300 million, Robert Downey Jr. is an American actor, producer, and singer. Today, he is most recognizable for his iconic role as “Iron Man” within the Marvel cinematic universe. As highlighted in the next section, portraying Iron Man…
Dick Van Dyke Net Worth (Money & Salary)
Title: Last Updated: What Is Dick Van Dyke’s Net Worth? With a net worth of $50 million, Dick Van Dyke stands out as a legendary actor, comedian, director, and producer. He accumulated this wealth through various successful film, musical, TV sitcom, and drama roles, in addition to his career as a director and producer. His…
Danielle Bregoli Net Worth (Money & Salary)
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Kylian Mbappé Net Worth (Money & Salary)
Title: Last Updated: We appreciate your reading of this article named: Data covers the years 2023 and 2024, with projections extending into 2025 and 2026. Additionally, we broaden the forecast to include the years 2027 and 2028. Post Title: Last Updated:
Nate Bargatze Net Worth (Money & Salary)
Title: Last Updated: We appreciate your attention to this article titled: The data includes information from 2023 and 2024, with forecasts extending into 2025 and 2026. Additionally, we have broadened the forecast timeline to cover 2027 and 2028. Post Title: Last Updated:
Post Malone Net Worth (Money & Salary)
Title: Last Updated: What is Post Malone’s Net Worth? With a net worth of $50 million, Post Malone is an American rapper, singer, songwriter, guitarist, and record producer. He gained widespread recognition in 2015 with his debut single “White Iverson,” which reached the top 20 on the Billboard Hot 100 chart. His distinctive fusion of…
LeBron James Net Worth (Money & Salary)
Title: Last Updated: What is LeBron James’ Net Worth and Salary? An American professional basketball player and entrepreneur, LeBron James boasts a net worth of $800 million. He ignited excitement in high school basketball, opting to forgo college before being drafted as the #1 pick by his hometown team, the Cleveland Cavaliers, in the 2003…
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HORIZONTE INTERNACIONAL
Mike MacIntosh
Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos; Derramad delante de él vuestro corazón: Dios es nuestro amparo. (Selah.) Salmos 62:8
La mayoría de la gente está de acuerdo de que la oración es un componente central y práctica esencial de la fe cristiana. Pero hay algo que te sorprenderá: esa mayoría no puede definir adecuadamente lo que significa la oración.
La oración es uno de los mejores regalos que Dios, el Creador del cielo y de la tierra ha dado a los seres humanos. La oración llega a su destino más rápido que una carta llega a un amigo. Más rápido que un correo electrónico a un familiar. ¡Instantáneamente te pone con Dios!
Pero esa rapidez y eficiencia son la menor parte de todos los beneficios de la oración. No sólo puedes comunicarte con Dios directamente, también Dios puede hablarte a ti.
Tú y yo podemos decidir si queremos establecer ese enlace con Dios o no. Podemos tomar la decisión de hablar con él y escucharle o rechazar cualquier diálogo con él. Él ha abierto el medio.
Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el santuario por la sangre de Jesucristo, por el camino que él nos abrió nuevo y vivo...
Hebreos 10:19-20
Acerquémonos, pues, con confianza al trono de la gracia para que alcancemos misericordia y hallemos gracia para el oportuno socorro.
Hebreos 4:16
Que siempre elijas bien al hablar con él el que desea hablar contigo.
HORIZONTE INTERNACIONAL
Mike MacIntosh
Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios
Mateo 5:8
Existen dos maneras a través de las cuales tú puedes ver a Dios. Una es si te mueres porque de seguro en ese momento vas a verle. La segunda es si tienes un corazón limpio verás a Dios antes de que llegue aquel día. Las obras de Dios se pueden ver a través de la creación. También puedes verle obrando en tu vida y en la vida de otras personas alrededor de ti.
Todos veremos a Dios cuando muramos, pero aquí tenemos una maravillosa promesa: Los de limpio corazón verán a Dios en esta vida.
¿Qué significa ser limpio? La palabra ""limpio"" proviene de la palabra griega ""katharos"" que según el Diccionario de Vine significa ""siendo limpiados"". Recuerdo que antes de venir a Jesús yo era una persona muy impura y sucia. Pero cuando le entregué mi vida al Señor en la primavera de 1970, una sorprendente limpieza tomó lugar. Fui hecho una nueva persona en Jesús y él comenzó a limpiar y a purificar mi vida
En el libro de Joel encontramos una promesa maravillosa:
Entonces os compensaré por los años que ha comido la langosta, el pulgón, el saltón y la oruga, mi gran ejército, que envié contra vosotros. Joel 2:25
Tu vida es como un campo de cultivo que estos bichos visitan corroyendo y destruyendo todo, pero Dios quiere hacerte una persona nueva. El desea que tú tengas una segunda, tercera, cuarta, y aun una cincuentava oportunidad. El quiere que tú estés limpio, que seas puro. Lo más sorprendente es el hecho de que la limpieza o pureza que Dios quiere ver en nuestra vida no es obtenida ni alcanzada por nuestro propio esfuerzo. Ser limpio o puro no se basa en cuántas veces voy a la iglesia u oro. Esta se encuentra en Jesús. En Jesús, Jesús y sólo en Jesús.
Pero él conserva su sacerdocio inmutable puesto que permanece para siempre. Por lo cual él también es poderoso para salvar para siempre a los que por medio de él se acercan a Dios, puesto que vive perpetuamente para interceder por ellos.
Hebreos 7:24-25
Mas si andamos en la luz, como él está en la luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado.
1 Juan 1:7
HORIZONTE INTERNACIONAL
Mike MacIntosh
Entonces los discípulos de Juan fueron a Jesús y dijeron: —¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos frecuentemente, pero tus discípulos no ayunan?
Jesús les dijo: — ¿Pueden tener luto los que están de bodas mientras el novio está con ellos? Pero vendrán días cuando el novio les será quitado, y entonces ayunarán.
Nadie pone parche de tela nueva en vestido viejo, porque el parche tira del vestido y la rotura se hace peor. Tampoco echan vino nuevo en odres viejos, porque los odres se rompen, el vino se derrama, y los odres se echan a perder. Más bien, echan vino nuevo en odres nuevos, y ambos se conservan. Mateo 9:14-17
Hay tiempos en nuestra vida cuando las cosas no parecen tener sentido y tenemos que pedirle respuestas al Señor. Este es el caso en Mateo 9; los discípulos de Juan el Bautista fueron a Jesús a preguntarle porqué sus discípulos no ayunaban.
Jesús les responde con una ilustración de las bodas de matrimonio. Cuando el novio está con sus amigos, celebran juntos y hay mucho gozo y no sería apropiado tener luto. Pero cuando el novio fuera quitado (como Jesús fue crucificado) entonces ya sería apropiado tener luto y ayunar.
¿Por qué no ayunaban los discípulos de Jesús? Pues no había necesidad porque Jesús todavía estaba con ellos. ¿No habrá un tiempo apropiado para que ayunaran? Sí, Jesús les muestra que ese día vendrá.
Si tú estás pasando por un tiempo difícil puedes orar y ayunar. Ahora el Señor Jesucristo está sentado a la diestra de Dios y te contestará. Si todo va bien en tu vida, regocíjate en él porque un día estarás con él en las bodas y en el trono del Cordero.
PERFECTO REPOSO
Dvid Wilkerson
Existe un lugar en Cristo donde no hay ansiedad por el futuro. En este lugar, no hay temor de que pueda venir una súbita calamidad, o aflicción, o desempleo. No hay temor de hombre, de fallas, o de perder el alma. Este lugar es uno de total confianza en la fidelidad de Dios. El escritor de Hebreos lo llama el lugar del reposo perfecto.
Esta clase de reposo perfecto fue ofrecido a Israel. Pero la duda del pueblo y su incredulidad los mantuvo fuera del reposo de Dios: “…y aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de incredulidad.” (Hebreos 4:6). Los Israelitas vivieron en constante temor y espanto, siempre esperando que suceda la próxima crisis. Como resultado, estuvieron desolados en sus pruebas.
Si Israel hubiera entrado en este reposo, la obra de Dios en su pueblo podría haber sido completa. Pero debido a que no fue así, el Señor continua buscando en cada generación a un pueblo que entrará: “Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios” (Hebreos 4:9).
Dios nos está diciendo, “Esta oferta de reposo es para ti hoy. Todavía existe un lugar en Mí donde toda duda y temor ya no existen. Es un lugar donde estarás preparado para cualquier cosa que pueda venir”. Por consiguiente, Su Palabra nos insta: “Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado” (Hebreos 4:1).
Hoy, multitudes del pueblo de Dios nada conocen del reposo en Cristo. Mientras leen los horribles reportes en las noticias diarias, reportes de tragedias, calamidades y muertes, se llenan de temor y espanto, y su oración constante es: “Oh, Dios, por favor no me quites a uno de mis seres queridos. Nunca podría sobreponerme al dolor”.
Sin embargo, si descansas en el Señor, no sucumbirás a esta clase de temor. No caerás en pánico o miedo súbito cuando seas golpeado por una crisis inesperada, y no perderás la esperanza, acusando a Dios de haberte traído esos problemas. Si, soportarás el dolor que es común a cada ser humano, pero, tendrás reposo en tu alma, porque sabrás que Dios tiene el control de todo lo que te concierne.
HORIZONTE INTERNACIONAL
Mike MacIntosh
Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que aman orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. De cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ores, entra en tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en secreto te recompensará. Y al orar, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que serán oídos por su palabrería. Mateo 6:5-7
Cuando oramos debemos presentarnos delante de Jesús así como somos, sin tratar de impresionarlo. Él nos acepta como somos y quiere lo mejor para nosotros. Se preocupa por tu corazón y por qué seas conformado(a) a su imagen.
En vez de ponernos en una esquina para llamar la atención Jesús dice que entremos a nuestra habitación, que cerremos la puerta y que nuestro Padre nos recompensará. Esto quiere decir que tomes un tiempo sin interrupciones para que puedas pasar tiempo con él. Sin teléfono, móvil y televisión podrás decirle exactamente lo que hay en tu corazón y acerca de tus necesidades.
Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque ésta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús. 1 Tesalonicenses 5:16-18
Debemos tener un tiempo para orar sin interrupciones pero la Escritura nos dice también que oremos constantemente. Esto significa que puedes orar cuando estás surfeando o tomando un paseo por la playa. Jesús no está diciendo que oremos solamente en nuestra habitación pues también podemos orar en voz alta con nuestros amigos.
En mi tiempo de oración es cuando he sentido la presencia del Señor de manera más rica durante mi vida. Estoy absorbiendo más las cosas de Dios. Dios me llama a la oración muchas veces cuando él quiere decirme algo y me contesta cuando estoy en la intimidad de mis tiempos de oración. Me pregunto: ¿tienes un tiempo solo(a) con él?
ACCESO ILIMITADO
David Wilkerson
Repentinamente, en un momento glorioso, Jesús proveyó acceso total, ilimitado al Padre. La Biblia dice que en el Gólgota, en una cruz manchada de sangre "Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu. Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo" (Mateo 27:50-51).
Al momento de la muerte de Jesús, el velo del templo en Jerusalén fue literalmente rasgado. En ese momento se selló nuestro destino. En el instante que nuestro Señor entregó Su espíritu, se nos dio acceso total e ilimitado al Lugar Santísimo: "Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne" (Hebreos 10:19-20).
El rasgado del velo fue una representación de lo que ocurrió en el mundo espiritual. Finalmente, podíamos disfrutar de algo que no pudieron lograr por generaciones. Tuvimos el privilegio que aun Abraham, Moisés y David no tuvieron. Tenemos acceso al Lugar Santísimo, al mismo trono del Dios Todopoderoso. Ya la puerta no está cerrada para nosotros. Se hizo posible tener acceso ilimitado.
Más aun, con Su muerte, Jesús se convirtió en nuestro sumo sacerdote. Él subió a la Nueva Jerusalén, a un templo no hecho por manos. Allí tomo el papel de sumo sacerdote. Caminó directamente a la santa presencia de Dios y, con el incienso de Sus propias intercesiones, presentó Su sangre en el propiciatorio. Entonces se sentó a la derecha del Padre, con todo poder, fuerza y gloria.
En ese punto, Jesús reclamó Su derecho de pacto de recibir en un cuerpo espiritual a todo el que se arrepienta y le reciba como Señor. Y envió al Espíritu Santo para convocar a Sus hijos: "He abierto la puerta al Padre. Ahora eres acepto simplemente por estar en Mí por fe. Así que te puedes acercar confiadamente al trono. Te llevare a la presencia de Mi Padre, quien ahora es tu Padre. Tienes acceso ilimitado a Él, día y noche".
EL COMIENZO DE SU MINISTERIO
Gary Wilkerson
En Juan 2, Jesús entra al templo y realiza una acción que marcará el comienzo de su ministerio público. (El milagro que realizó antes en Caná, convirtiendo el agua en vino, no era una declaración pública.) Lo que ocurre después es bastante dramático:
“Estaba cerca la pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén, y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados. Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado. Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consume.” (Juan 2:13-17).
Lo que Jesús hizo aquí fue más que radical. Si tú quisieras anunciar tu ministerio. ¿Irías a una mega iglesia y comenzarías a dar vuelta las mesas y a echar a la gente? Jesús estaba dispuesto a algo más que solo mostrar su autoridad, estaba demostrando que estaba a punto poner las cosas al revés en todos los sentidos.
Todo esto ocurrió durante la temporada de Pascua. En la primera Pascua, las familias judías tenían que matar un cordero como sacrificio ritual, drenar la sangre y aplicarla en el marco de la puerta de su casa. La idea era que cuando el ángel de la muerte llegara y viera la marca de la sangre en la puerta, pasaría por sobre esa casa. Era un acto simbólico que recreaba la liberación de Dios al salvar a Israel de Egipto, cuando liberó a su pueblo de toda esclavitud.
Ahora Jesús entraba en escena como el Cordero de Dios cuyo sacrificio proporcionaría nuestra liberación de la maldición del pecado. Juan el Bautista era consciente de esto, ya habiendo declarado de Él: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29). En menos de tres años, el mundo contemplaría la obra terminada de Cristo cuando el pecado de toda la humanidad fue puesto sobre él.
Regalos Sorpresa
David Jeremiah
Quedaron asombrados de que el don del Espíritu Santo se hubiera derramado también sobre los gentiles. Hechos 10:45
La historia personal de C. S. Lewis en "Sorprendido por la Alegría" relata su viaje hacia la fe en Cristo. El título refleja lo que descubrió: le sorprendió el gozo que sintió al recibir el don gratuito de la salvación. No había descubierto que la alegría fuera resultado de la fe.
La Biblia contiene muchos ejemplos de cómo Dios sorprende a las personas. El apóstol Pedro recibió con sorpresa la noticia de que Dios tenía por intención ofrecer la salvación por medio del don del Espíritu Santo a los gentiles, además de a los judíos (Hechos 10). Y todo cristiano que entienda de veras la misericordia y la gracia de Dios ha de sentir asombro ante el perdón que Dios ofrece en Cristo.
Que fuéramos aceptados, en lugar de ser rechazados, ante la presencia de Dios s quizá su más grande sorpresa para nosotros. Sabiendo lo lindas que son las sorpresas, ¿ha sorprendido a alguien últimamente con un regalo de gracia, aprecio, ánimo o perdón? Ofrézcale hoy a alguien el placer de la sorpresa de un inesperado regalo de amor de su parte.
Mientras más conozcan nuestros defectos los demás mucho más significado tienen los regalos sorpresa que recibimos de ellos.
LA ORACIÓN DEL SEÑOR
Carter Conlon
En Lucas 11:2-4 Jesús nos enseñó sobre la oración. Examinemos brevemente algunos de los conceptos básicos que Él enseñó.
“Padre Nuestro”: Debemos entender que ahora estamos en relación con Dios el Padre por medio de Jesucristo. Esto nos otorga el derecho a presentarnos delante de Su trono y dar a conocer nuestras peticiones.
“Que estas en los cielos”: Sus caminos son más altos que los nuestros; Sus pensamientos son más altos que nuestros pensamientos. Él vive en un lugar de victoria absoluta y total. No existe posibilidad de derrota en Dios.
“Santificado sea tu nombre”: Se puede confiar en El nombre y la reputación de Dios. Él es justo y nunca nos hablará nada que sea contrario a la verdad.
“Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”: De la forma en que las cosas existen en Su corazón y mente es como debiesen ser en la tierra. A medida que tú y yo caminamos con Dios, vamos teniendo un creciente deseo interno de ver Su reino en gloria y poder; de ver que Su voluntad se hace en la tierra como es hecha en el cielo. Hay un cambio que debiese suceder en nuestra oración. Ya no debería ser solamente acerca de nosotros, sino que ahora debiese estar centrada en los demás. ¡Aquí es donde se encuentra el verdadero poder de la oración!
“El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”: Dios nos dará nuestra provisión diaria como le pedimos y reconoceremos que Él es nuestro proveedor.
“Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben”: Tu y yo somos embajadores del reino del perdón. Por lo tanto, es imperativo que perdonemos a los demás, para que no seamos incapaces de representar el perdón de Dios en la tierra.
“Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal”: Debemos confiar en que Dios nos guía y nos libra, reconociendo que no somos lo suficientemente inteligentes como vivir esta vida por nuestra propia cuenta. Aun lo más profundo de nuestro corazón es engañoso, y podemos crear lo que creemos es la dirección de Dios, incluso a pesar de que es en realidad la guía de nuestro propio corazón. Simplemente no debemos asumir que el camino en el que estamos es el correcto, aunque pueda parecerlo a nuestra vista. Según las Escrituras: “Hay camino que parece derecho al hombre, pero su fin es camino de muerte” (Proverbios 16:25).
HORIZONTE INTERNACIONAL
Mike MacIntosh
Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos por ellos. De lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos...
Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que aman orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. De cierto os digo que ya tienen su recompensa.
Pero tú, cuando ores, entra en tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en secreto te recompensará.
Y al orar, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que serán oídos por su palabrería. Por tanto, no os hagáis semejantes a ellos, porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad antes que vosotros le pidáis.
Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos: Santificado sea tu nombre, venga tu reino, sea hecha tu voluntad, como en el cielo así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, más líbranos del mal. Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria por todos los siglos. Amén.
Mateo 6:1, 5-13
La oración es una manera de comunicarte con Dios. Se ora cuando uno pide perdón de sus pecados y cuando pide salvación para su alma y además puedes comunicarle acerca de tus necesidades diarias.
Para mí esta porción de Escritura debe ser titulada “El privilegio de la oración”. Pienso que debemos ver a la oración como un privilegio.
Jesús nos está diciendo que no seamos como los hipócritas. Esto nos indica que sí es posible orar y ser hipócrita a la vez. Nos dice que la gente que quiere ser reconocida está recibiendo su recompensa al impresionar a la gente. Muchos usan su religión, cualquiera que sea, para poder ser vista por los hombres. ¿Por qué buscan ser reconocidos? Creo que se trata del orgullo, de un gran ego que quiere mostrarse muy espiritual. Jesús nos dice que así no debemos orar.
En los tiempos de Jesús se oraba de pie. Pero unos gustaban abusar de esto para atraer la atención. Es que cuando uno se ponía de pie para orar, todos lo hacían también. Jesús nos amonesta no tratar de ser el punto de enfoque.
He estado en reuniones en las cuales el Espíritu de Dios estaba moviéndose tiernamente sobre la gente y unos se pusieron de pie y gritaron en oración. En este caso todos voltean y el enfoque no queda sobre el Señor sino sobre esa persona. Y he visto a otros desanimarse porque no oran tan recio e entusiasta como esa persona.
Entonces cuando oramos no debe ser para llamar la atención de nadie. Aprenderemos que cuando oremos sólo debemos hablar (comunicarnos) con Dios. No tienes que tratar de ser alguien que no eres. Tan solo abre tu corazón y habla con tu Padre Celestial.
EL MISTERIO REVELADO
Gary Wilkerson
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios” (Juan 1:1). La principal audiencia de Juan para su evangelio era la cultura griega. Es por eso que de inmediato identificó a Jesús como “el Verbo”, en referencia al término griego logos. Los griegos habían estado examinando el concepto logos desde hace siglos, una idea que expresaba sabiduría, conocimiento, razón, el significado de la vida y la filosofía de la existencia humana.
Ahora Juan los desafiaba: “¿De verdad quieren saber cuál es el significado de la vida, para entender todo propósito humano en esta tierra? El logos que ustedes buscan se encuentra en la Palabra literal de Dios- Su Hijo: Jesús. ¡Cristo es el logos del cual todo el mundo tiene hambre! Ustedes buscan el conocimiento, pero logos –la vida y la sabiduría real y capaz de ser conocida- se expresan plenamente en Jesús”.
Cuando yo tenía unos doce años escuché a una periodista entrevistando a un residente de Teen Challenge [Desafío Juvenil]. Ella le preguntó: “¿Qué es lo diferente en este programa? ¿Qué te ofrece que no encontrarías en un centro de tratamiento secular?”. El joven le respondió: “Recibimos el Espíritu Santo por la mañana, a Jesús en la tarde, y al Padre en la noche”. Esa respuesta hoy en día puede sonar trillada, pero no fue así hace cuarenta años. Recuerdo el entusiasmo del joven mientras le decía a la reportera: “Teen Challenge es todo acerca de Dios, Sólo Él pudo liberarme de esta manera. Sólo Él pudo darme propósito y esperanza y hacerme feliz. ¡Señora, esto es real!”
Esa es la misma palabra que Juan usa para describir a Jesús a los griegos: real. “Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo” (Juan 1:9). Del griego, Juan usa la palabra “alethinos”, que significa “real”. Los griegos pensaban que “logos” era imposible de conocer, pero Juan les dijo: “Dios no se está escondiendo. Él vino a la tierra para vivir entre nosotros. ¡El misterio de Dios se ha revelado en Jesús!”
¿Cómo se revela exactamente este misterio? Jesús elige a darse a conocer al mundo a través de Su pueblo. Cuando Juan dice que Cristo viene a morar en nosotros, el verbo que usa significa “tabernáculo”. Jesús “hace su tabernáculo” en nosotros, tal como Dios lo hizo en el Antiguo Testamento: Su gloria descendiendo del cielo para habitar en medio de Su pueblo. Él decide hacer Su hogar en nosotros, haciéndonos -tanto a individuos como a congregaciones- la morada de Su gloria.
Esta fue una verdad central para mi padre, David Wilkerson, quien a menudo decía: “Yo no quiero una visitación de Dios. Quiero que habite en nosotros”. Esa verdad vino directamente de Juan, quien dijo a los griegos: “El logos es más que información, más que asentimiento mental a una idea. ¡Es Dios mismo viniendo a habitar dentro de nosotros!”
ESCRITO ESTÁ
David Wilkerson
“El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4). “Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios” (4:7). “Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás” (4:10). Cuando Jesús se enfrentó a las artimañas del diablo, venció con la Palabra de Dios.
Hoy en día tenemos además otro “escrito está": “Yo he rogado por ti, que tu fe no falte” (Lucas 22:32). Puedes confiar en él Señor, Ya que el diablo usará sus artimañas y puedes pensar: “Puedes tratar de derribar mi fe, pero tienes que saber esto: ¡Mi Jesús está orando por mí!”
La fe de Pedro fue probada y sacudida, y debido a su orgullo tropezó. Pero en respuesta a la oración del Maestro, las raíces de su fe no habían sido destruidas. Justo cuando Satanás estaba gritando de alegría y parecía como si el Señor había perdido un amigo ungido, ¡Pedro vio los ojos de Jesús y éstos lo traspasaron! “Entonces, vuelto el Señor, miró a Pedro…y Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente” (Lucas 22: 61-62).
“Lloró amargamente” en griego significa “algo desgarrador, un grito violento”. “Y Pedro se acordó de la palabra del Señor, que le había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces” (22:61). Me imagino que este hombre caminó hacia las colinas de Judea, postrándose sobre su rostro con las manos extendidas, llorando: “¡Oh, Padre, él estaba en lo correcto! No le hice caso. Me advirtió que Satanás trataría de destruir mi fe. ¿Morir por Jesús? ¿Por qué? ¡No podría ni siquiera defender a una dama! ¡Perdóname! ¡Yo lo amo! ¿A quién más podría ir?”
Creo que la fe de Pedro se apoderó de algo más que Jesús le había dicho: “Y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos” (Lucas 22:32). ¿Cuántas veces Pedro recordó estas palabras en su mente y corazón, reflexionando dentro de sí: “¿Acaso no dijo Jesús vuelve? ¿Acaso no dijo que todavía tenía un ministerio? ¿Después de lo que hice, se supone que debo ayudar a los demás?"
Dios contestó la oración de su Hijo. Puedo ver a Pedro poniéndose en pie con el Espíritu de Dios fluyendo a través de él y con las manos levantadas al cielo, diciendo: “¡Vete, Satanás! Yo le fallé, pero todavía lo amo. Él prometió, y de hecho profetizó, que yo iba a volver y que sería fortaleza para otros, que sería una roca. ¡Volveré donde mis hermanos y hermanas!”
HORIZONTE INTERNACIONAL
Mike MacIntosh
En el día de mi angustia te llamaré; porque tú me respondes. Salmos 86:7
¿Te gustaría tan sólo marcar un número de teléfono y hablar directamente con Dios?
En la película “El todopoderoso” el actor cómico Jim Carrey interpreta a un reportero de TV que se llama Bruce que ha tenido mala suerte y está muy enojado. Después de tantas quejas Dios le da la oportunidad de hacer su trabajo. Morgan Freeman interpreta a Dios.
Dios le manda un mensaje a Bruce y aparece su número de teléfono en su pantalla. Luego de estrenarse la película, muchas personas marcaron a este número telefónico. Una mujer dejó un recado: “Estoy en la cárcel ahora pero como te dije anoche, te amo. Voy a hacer las cosas correctamente y espero que me dejes regresar con mi esposo e hijos.” Otra persona dijo: “Oye Dios, he hecho cosas muy malas en mi vida. Necesito arrepentirme. Por favor contesta mis oraciones”.
¿Qué tal si de veras pudiéramos contactar a Dios de esta manera? Bueno, te tengo noticias. Él ya nos ha dado acceso instantáneo en cualquier momento, desde cualquier lugar y en cualquier circunstancia.
El día que yo clame a ti, mis enemigos retrocederán. Esto sé: que Dios está a mi lado. En Dios, cuya palabra alabo, en el SEÑOR, cuya palabra alabo, en Dios he confiado. No temeré lo que me pueda hacer el hombre. Salmos 56:9-11
Sólo tenemos que comenzar a hablarle, en silencio o en voz alta.
Nuestro Padre quiere comunicarse con sus hijos tanto que lo ha hecho increíblemente fácil para que se pongan con él.
DIOS OBRANDO EN NOSOTROS
Gary Wilkerson
La mayoría de nosotros admitiría que rara vez siente la gracia de Dios obrando en su vida. Es por ello que rápidamente dudamos que Su presencia mora en nosotros. Pablo nos menciona este dilema en Gálatas, cuando escribe: “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne” (Gálatas 5:16).
Suena bastante sencillo, ¿cierto? Pero tendemos a tomar este consejo de Pablo como un duro mandamiento para ser obedecido con mucho esfuerzo. Apretamos nuestros dientes y decimos: “Yo voy a andar en el Espíritu hoy”. Entonces, cuando tropezamos, pensamos que no estamos “siendo espirituales”, así que nos esforzamos aun más por andar en el Espíritu. De pronto, nos hallamos otra vez bajo la ley, porque nos hemos tornado a nuestra habilidad carnal en lugar de confiar en que ya estamos en el Espíritu.
Pablo dice: “Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley” (Gálatas 5:18). En otras palabras, el Espíritu de Dios mora en ti, dándote acceso en todo tiempo a Su gracia, la cual te hace apto. Cuando Pablo dice: “Andad en el Espíritu”, él está diciendo: “Anda bajo la gracia, no bajo la ley”.
Luego Pablo nos muestra el resultado de andar en el Espíritu: “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley” (Gálatas 5:22-23). Presta atención: Estas cosas no suceden debido a lo que hacemos. Son el fruto de la justicia que Dios ha puesto en nosotros; el resultado de Su obra en nosotros.
A lo mejor, no te sientes muy amado en ocasiones, pero el amor está en ti porque Dios lo ha puesto allí. Quizás no sientas gozo y paz, pero Dios ha implantado ambos en lo profundo de ti. Su Espíritu está obrando en ti cada hora de cada día, para Su gran gloria y para tu bendición más profunda.
CULTIVA LA HUMILDAD, RECUERDA LA GRACIA CONTIGO
Luis Rodas
“No yo, sino la gracia de Dios conmigo” (1 Corintios 15:10).
Cuando estamos ante "falsos hermanos” (2 Corintios 11:26) cumplimos el mandato bíblico de “contender ardientemente por la fe” (Judas 3), y en casos donde el ejemplo es muy negativo (Mateo 7:15-20) y “probado" (Apocalipsis 2:2), decidimos cumplir el gran consejo de Dios: “a éstos evita” (2 Timoteo 3:5).
La Palabra enseña clara y extensamente sobre vigilar y tener cuidado con este tipo de personas (Proverbios 4:14-19; 22:5; Isaías 8:11-13; Efesios 5:5-12; 1 Corintios 5; Tito 3:10,11; 2 Tesalonicenses 3:6,7; 1 Corintios 15:33; Mateo 7:6; 1 Timoteo 1:19,20; 2 Timoteo 2:17,18).
El gran peligro aquí para nuestro orgullo, es cumplir esto olvidándonos que si algo sabemos, somos o hacemos, es porque lo hemos “recibido” de Dios (1 Corintios 4:7).
IMPORTANTE
¡Esto NO significa que desechemos el discernimiento e ignoremos la cantidad de enseñanza bíblica al respecto!.
¡NO!.
El piadoso tiene los ojos bien abiertos y aprende más y más a distinguir.
Mira lo que escribe el apóstol Pablo: “no somos como muchos, que medran falsificando la Palabra de Dios” (2 Corintios 2:17).
¿"No somos como muchos”?. ¿Tendría Pablo una idea de superioridad al escribir estas palabras?
1- Aquí encontramos, como en infinidad de otros casos, que Pablo, lejos de fomentar la ignorancia y la aceptación a todo y todos, enseña a discernir.
2- Esto era verdad. Pablo y sus colaboradores no actuaban "como muchos” y esto era un ejemplo a seguir por las Iglesias (2 Tesalonicenses 3:6,7).
3- Pero a esto agregaba 5 versículos después:
“no que seamos competentes por nosotros mismos, para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios” (2 Corintios 3:5).
Era necesario discernir lo falso de lo verdadero y enseñarle a las Iglesias a hacerlo (y ante casos que no admiten corrección, luego de reiterados intentos, era necesario evitar su compañía: 1 Corintios 5:9-11).
Era necesario puntualizar cómo los creyentes deben comportarse y marcarles el buen ejemplo.
Era necesario saber que si algo de esto podían vivir positivamente era por la “competencia (que) proviene de Dios”.
Algo similar encontramos cuando el apóstol Pablo les escribe su anterior carta a los hermanos en Corinto.
El ve la necesidad de decirles que “ha trabajado más que todos” los otros apóstoles. Pero a esto agrega: “no yo, sino la gracia de Dios conmigo” (1 Corintios 15:10).
La humildad no nos conduce a la liviandad ante el error, ni a la ceguera, ni a confundir lobos con ovejas, ni a abandonar o dejar de fomentar el muy necesario discernimiento. ¡NO!.
Es justo lo contrario. Pablo les advierte que el no hacerlo es ORGULLO:
“ESTÁIS ENVANECIDOS. ¿No debierais más bien haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción?” (1 Corintios 5:2).
A Pablo no le temblaba el pulso al describir a ciertas personas como “hombres perversos y malos”. No decía: “bueno, quizás son hermanos que ya crecerán”. Sino que, en casos bien claros, escribía: “hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe” (2 Tesalonicenses 3:2).
La humildad nos conduce a tener muy en cuenta todo esto, SIN OLVIDAR QUE SI ALGO SABEMOS, SOMOS O HACEMOS ES POR LA GRACIA DE DIOS.
El orgullo es debilitado cuando sabemos que lo que nos distingue de “falsos hermanos” y “obreros fraudulentos” (2 Corintios 11:13,14) es la “gracia de Dios” con nosotros. Que si se hiciera a un lado la gracia de Dios, se vería con claridad que aún podemos ser peores que aquellos (Lucas 18:9-14).
“Por la gracia de Dios soy lo que soy” (1 Corintios 15:10).
Nota por mi parte JAVIER BASULTO LUVIANO:
“Tomar cualquier porción de la Escritura para encajarla en una situación en concreto, sin tomar en cuenta el contexto mismo de las Escrituras, esto constituye una herejía”.
Obedezca Al Entrenador
David Jeremiah
Cuando José se despertó, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado y recibió a María por esposa. Mateo 1:24
Earl Weaver, antiguo entrenador de los Baltimore Orioles, tenía una regla: no se debía robar ninguna base sin que él diera la señal. El gran Reggie Jackson decidió robar la segunda base sin recibir la señal de Weaver. Y aunque Jackson tuvo éxito, Weaver lo llamó aparte después del juego y le explicó dos formas negativas en las que su «robo exitoso» había afectado el juego. Jackson solo había visto su propio deseo, en tanto que Weaver había mirado el juego completo.
A veces los que tienen autoridad nos piden que hagamos algo que no entendemos. Al igual que los niños, preguntamos «¿Por qué?» muchas veces. El cristiano en proceso de maduración aprende que Dios puede explicarnos sus razones en ocasiones, aunque otras veces no lo hace (Deuteronomio 29:29). Saber que Dios lo ve todo nos brinda un sólido fundamento para obedecerle.
Pensemos en José y en el momento en que supo que su prometida, María, estaba encinta antes de la boda. Aunque le causara humillación pública y le resultara difícil enfrentar a la gente, José obedeció el mandato de Dios de seguir comprometido con la joven.
Cuando nos sintamos tentados a ir en nuestra propia dirección, recordemos que Dios siempre está mirando el juego completo.
Algo de valor eterno
John MacArthur
Deseo veros, para comunicaros algún don espiritual, a fin de que seáis confirmados. (Romanos 1:11)
Hace algunos años, una joven de nuestra iglesia, que era estudiante en una universidad de la ciudad, me dijo: “Aprendí una gran lección de uno de sus sermones acerca del amor. Siempre pensé que amaba a las niñitas de mi clase de la escuela dominical de cuarto grado. Todas tienen vestiditos adornados y la más linda sonrisa”.
Ella siguió diciendo: “Un sábado estaba en un partido de fútbol de mi escuela, algo que hago todos los sábados, y el Señor me indicó que esa no era la manera adecuada de preparar mi lección de escuela dominical. Como asistía a los juegos del sábado, tenía la costumbre de enseñar una lección el domingo por la mañana que era muy superficial. Dios señaló que en realidad yo no amaba a aquellas niñitas como yo pensaba, ya que no sacrificaba nada de mi propia vida para darles algo de valor eterno”.
Ella terminó nuestra conversación diciendo: “Así que de ahora en adelante no asistiré a ningún otro partido de fútbol hasta que mi lección esté terminada y sienta que puedo impartirles algo de valor eterno”.
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CREE EN ÉL PARA COSAS MAYORES
Gary Wilkerson
Recientemente estuve hablando con un pastor en Irlanda, quien me hablaba de sus temores respecto al año venidero. Mientras él veía algunas dificultades en el horizonte, me encantó que me mencionara Hebreos 11:1 ¿Alguna vez lo leíste? Dice: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Y luego me dijo: “Gary, tú sabes que el temor es que lo que se espera nunca suceda, ¿cierto? Y que lo que no se ve, se quede sin poder verse. En eso consiste el temor. Es una convicción dentro de ti. Creer que lo esperas nunca suceda. Ese es el temor y es un impedimento para lo que Dios quiere hacer en tu vida”.
Quiero pedirte hoy, antes que termine el día, que le pidas a Dios que te lleve a tener tal pacto con Él, que Su perfecto amor, Su obra de gracia en favor tuyo, eche fuera todo temor. Algunos de ustedes creen que cuando reciben el perfecto amor, ya nunca más sentirán temor. ¡No! Es Su perfecto amor y, de hecho, el Suyo es el único amor perfecto que existe, el que entra en tu corazón. Eres amado, eres aceptado, no necesitas ningún ídolo que te haga sentir bien contigo mismo. Una vez que esto sucede y tú entregas tu propia agenda, todo lo que quedará para ti serán las promesas de Dios para tu vida. ¡Aleluya, esas son buenas nuevas!
En Génesis 15:7 vemos que Dios sacó a Abram de Ur de los caldeos y le dio la promesa de “darte a heredar esta tierra”. Abram tenía a largo viaje por delante, ¡pero tenía la promesa de Dios!
Cuando tú tienes una promesa de Dios, el viaje vale la pena, amigo. Cuando tú tienes la promesa de Dios, Él está diciendo: “Vamos, hermano, Vamos, hermana. Vamos, hija. Vamos, hijo. ¡Créeme! ¡Ten fe!”
Si tú nunca tuviste fe antes, ten fe en Él, este año. Si has tenido fe, aumenta tu fe este año. Si tú créiste en Dios para cosas grandes, cree en Él para cosas mayores.
RECIBE LA BENDICION DE LA GRACIA
Gary Wilkerson
Muchos cristianos hoy imaginan sus vidas como las balanzas de la justicia. En un lado, están todas sus obras piadosas y en el otro, está un montón de pecados y fracasos que va en aumento. Si piensan que sus vidas se inclinan demasiado hacia el fracaso, se sienten obligados a orar más, a estudiar su Biblia más e ir más seguido a la iglesia. Sin embargo, nuestras buenas obras “extra”, por muchas que sean, jamás podrán contrarrestar siquiera al peso de la justicia propia que las originó.
Hace poco vi un videoclip de una escena en una ventana de un autoservicio de comida rápida. Cuando el conductor terminó de dar su orden, la voz del parlante le preguntó: "¿algo más?" Sintiéndose culpable, el conductor agregó papas fritas a su pedido. Una vez más la voz volvió a preguntar: "¿algo más?" Desconcertado, el conductor agregó un postre. Y otra vez, la voz preguntó: "¿algo más?” Finalmente, el conductor gritó: "¡No, no, no! No 'algo más'".
Esa es una imagen de nosotros tratando de obtener la justicia de Dios.
Cuanto más esfuerzo personal pongamos, más nos acercaremos al momento en que finalmente estemos obligados a gritar: "¡No más 'algo más' para mí". Esto explica por qué tantos cristianos se sienten exhaustos ante la sola idea de servir a Dios. Pablo llama esos esfuerzos "obras muertas" por una razón: Este proceder nunca producirá justicia o gozo, sino sólo cansancio y miseria. No hay vida en ello, sólo muerte, porque no es el evangelio de Cristo.
Pablo escribe: "Pues si por la transgresión de uno solo [Adán] reinó la muerte…" (Romanos 5:17). Si la muerte gobierna tu caminar, si llevas el peso de las acusaciones constantes del pecado, si nada de lo que haces es lo suficientemente bueno, entonces tú estás escuchando a la antigua voz de la naturaleza adámica. De aquella vieja naturaleza, brota todo intento carnal de apaciguar a Dios, lo cual es contrario a tu identidad en Cristo.
Pablo luego añade en el mismo versículo: "…mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia" ¿Cómo obtenemos esta justicia? Pablo nos lo dice en la siguiente frase: "Todos los que la reciban vivirán en triunfo sobre el pecado y la muerte a través de este único hombre: Jesucristo". Estamos destinados a triunfar sobre todo pecado, no a través de nuestros propios esfuerzos, sino a través de este único hombre: Jesús. Y así, Cristo nos urge: "¿Por qué no llevas esa balanza de tu propia creación y la entregas a los pies de la cruz? Yo nunca te pedí apaciguarme. Yo te he llamado para que hagas una cosa: Recibir Mi bendición de la gracia".
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OBSESIONADOS CON LA PROSPERIDAD
by David Wilkerson
El Día del Juicio vendrá cuando la sociedad se vuelva excesivamente obsesionada con la prosperidad y la seguridad.
"Que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina" (1 Tesalonicenses 5:3). La palabra griega que Pablo usa aquí para "paz", es “eirene”, que implica prosperidad. El día en que las mentes de los hombres estén enfocadas en las riquezas, la destrucción estará a punto de desatarse. ¡La locura de dinero! ¡La codicia! ¡La acumulación! ¡El acaparamiento! Jesús nos advirtió que llegaría el momento en que los corazones de los hombres desmayarían de temor, al ver las cosas terribles que han venido sobre la Tierra. Los hombres anhelarán algo certero, algo seguro. No dice que será un tiempo de paz y seguridad, sólo dice que dirán: "Paz y seguridad". Hablarán tan sólo de eso. ¡Sus conversaciones serán sobre el dinero, las propiedades, las inversiones y sobre cómo hallar un lugar seguro para sus posesiones!
En la historia del mundo, los hombres nunca han estado tan dominados por la búsqueda del dinero. ¡La prosperidad es el sueño americano! La bolsa de valores se ha convertido en un gran casino de apuestas gigantescas. Millones de estadounidenses juegan a la lotería o visitan los casinos, con la esperanza de hacerse rico de la noche a la mañana. ¿Por qué esta obsesión exagerada? ¡Porque todo el mundo sabe que la tormenta se acerca! El mundo entero espera con ansiedad que un día habrá un colapso financiero. Ellos están tratando de refugiarse de ese tiempo terrible, con la esperanza de sobrevivir a la tormenta.
La obsesión por la prosperidad ha corrompido hasta a la iglesia. ¡Cómo habría sufrido Pablo si hubiera sabido que vendría un día en el que los ministros del Evangelio tornarían el pacto de Cristo en un pacto de dinero! Alguna vez, la iglesia estuvo en pie ante el mundo como un testimonio en contra del materialismo y la codicia, en contra del amor por las cosas terrenales, en contra del egoísmo, de la avaricia y de la codicia. ¡Pero hoy el mundo ve a la iglesia como su mayor competidor en la lucha por la buena vida! El mundo se ríe y se burla de los cristianos que rechazan los sufrimientos de Cristo para disfrutar de las riquezas de este mundo.
“Aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor” (Efesios 5:16-17).
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LA VIDA DE FE
Gary Wilkerson
A la mayoría de nosotros nos gustaría tener la habilidad de hacer ciertas cosas en la vida que no podemos hacer. Estoy hablando de cosas que no son sólo difíciles, sino imposibles.
Incluso los más devotos seguidores de Jesús no pueden arreglar ciertas cosas, pero conocemos a Aquel que sí puede. Lo maravilloso de la vida en Cristo es que llegamos a participar en cosas increíbles que no podríamos hacer por nosotros mismos. De hecho, Jesús nos llama a participar con Él en lograr lo que no podemos hacer por nosotros mismos: ver a nuestros seres queridos llegar a la fe; ver matrimonios rotos restaurados y sanados; ver a los que no son salvos en nuestra comunidad rescatados de una eternidad sin esperanza. A través de nuestra fe en Jesús, podemos llegar a ver, e incluso tomar parte, en este tipo de cosas que se logran por Su poder, majestad y autoridad.
Hebreos 11 es el capítulo conocido como el “Salón de la Fe”, pues lista figuras bíblicas que agradaron a Dios por medio de grandes actos de fe. Desde Abraham a Sarah, hasta David, hasta Samuel, hasta Gedeón y muchos otros, vemos creyentes elogiados, no por sus talentos o logros, sino por confiar en Dios para hacer lo que estaba más allá de sus habilidades. Juntos conforman “una enorme multitud de testigos de la vida de fe” (Hebreos 12: 1 NTV).
Esa frase en cursiva nos dice que hay una vida de fe para ser vivida. Y para obtener esa vida, se nos insta a dejar a un lado todo peso que nos impide confiar en fe: “despojémonos todo peso” (12:1). ¿Cuáles son estos pesos, estos obstáculos a la fe? Conozco a muchos cristianos que están sobrecargados de incredulidad. A medida que consideran sus circunstancias piensan: “Mi necesidad nunca será satisfecha. He orado sin cesar y he pedido a otros que oren por mí, incluyendo líderes de la iglesia, pero la respuesta nunca llega. He intentado de todo y nada funciona”.
El problema de muchos es que miran a sus circunstancias más que al Dios que controla todas las circunstancias. Su fe queda estancada por un “peso que [les impide] correr" (12:1 NTV). Les puedo asegurar, lo que Dios ha prometido nunca puede ser destruido. Cada palabra que Él ha enviado será cumplida finalmente. Satanás lo sabe, y lo único que puede hacer es tratar de frenar los propósitos de Dios para nosotros convenciéndonos de sumirnos en nuestras dificultades. Si tu situación parece desesperada, la vida de fe te llama a creer: “Un día Dios cumplirá lo que soy incapaz de concebir ahora”.
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HORIZONTE INTERNACIONAL
Y cuando vio las multitudes, subió al monte; y después de sentarse, sus discípulos se acercaron a Él. Y abriendo su boca, les enseñaba, diciendo: Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados. Bienaventurados los humildes, pues ellos heredarán la tierra. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, pues ellos recibirán misericordia. Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios. Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados aquellos que han sido perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos. Mateo 5:1-10
Al estar meditando juntos sobre las “bienaventuranzas” durante los siguientes días, me gustaría el día de hoy llamar su atención a una aplicación clave de estas enseñanzas. El versículo uno del capítulo cinco nos muestra a Jesús hablando con sus discípulos. Mucha gente piensa que si viven sus vidas gobernadas por una serie de reglas y normas, o si practican “esto” o “aquello” entonces serán cristianos.
Los principios que Jesús nos enseña a través de las bienaventuranzas no constituyen características que necesitamos poseer para “convertirnos” en cristianos. En cambio, éstas son cualidades que como cristianos él quiere que “cultivemos” al seguirle a él en esta vida.
Al avanzar en las bienaventuranzas iremos viendo a Jesús enseñando a sus seguidores a vivir como ciudadanos de su reino. Como cristianos, este debe ser nuestro deseo. Es cierto que vivimos aquí es esta tierra, en un medio físico. Aun así debemos vivir como ciudadanos del cielo, no perdiendo de vista nuestra perspectiva eterna.
“Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también ansiosamente esperamos a un Salvador, el Señor Jesucristo.” Filipenses 3:20
Tengamos presente que las bienaventuranzas son atributos y características que Jesús desea desarrollar en nuestras vidas, en nuestro peregrinar aquí en la tierra hacia nuestro hogar celestial.
“Porque Dios es quien obra en vosotros tanto el querer como el hacer, para su beneplácito.” Filipenses 2:13
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No se permite el favoritismo
John MacArthur
Porque no hay acepción de personas para con Dios. (Romanos 2:11)
Es pecado que un cristiano muestre favoritismo con las personas. Es decir, no debe estar prejuiciado ni a favor ni en contra de otra persona basándose en posición social, riqueza, influencia, popularidad o apariencia física.
La más clara y más práctica enseñanza neotestamentaria acerca de la imparcialidad está en la carta de Santiago a los creyentes:
Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas. Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida… ¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos? …pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores (2:1-4, 9).
Si Dios nunca obra con favoritismo, ¿no debiera procurar usted el mismo carácter virtuoso, “no haciendo nada con parcialidad” (1 Ti. 5:21)?
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HORIZONTE INTERNACIONAL
Nadie pone parche de tela nueva en vestido viejo, porque el parche tira del vestido y la rotura se hace peor. Tampoco echan vino nuevo en odres viejos, porque los odres se rompen, el vino se derrama, y los odres se echan a perder. Más bien, echan vino nuevo en odres nuevos, y ambos se conservan.
Mateo 9:16-17
A través de los años he encontrado que a la gente no le gusta mucho el cambio.
Amamos la estabilidad. Queremos saber de dónde va a venir nuestra próxima comida, y que la renta ya esté pagada; que todas las cosas estén en un orden perfecto.
Por cuanto no cambian, ni temen a Dios. Salmos 55:19b
Es posible que al poner todo en orden limitemos lo que Dios quiere hacer en nuestra vida. Es posible que Dios tenga otro orden en vista. Él quiere expandir y movernos a su ritmo, no al nuestro. ¿Es posible que Dios quiera hacer algo nuevo en tu vida? Si Dios quiere hacer algo nuevo, nosotros debemos dejar lo viejo.
Esta parábola de Jesús dice que si se rasgaron tus pantalones vaqueros no usarías una tela nueva para remendarlos porque el parche se va a encoger. La próxima vez que lavas los pantalones se desgarrarán más.
Es posible que hayas tratado de remendar tu propia vida ya por años. La gente trata de hacerlo todo el tiempo. Pero Dios no quiere que pongas parches en tu vida porque él quiere cambiarla y hacerla nueva.
¿Hay áreas en tu vida que Dios desea cambiar? No temes lo que Dios quiere hacer. Sé abierto(a) a su Espíritu y permítelo trabajar en tu vida. Él quiere hacerte ese hombre o esa mujer de Dios que él quiere que seas.
Fe Valiente
David Jeremah
Tengan valor y firmeza; no tengan miedo ni se asusten cuando se enfrenten con ellas, porque el Señor su Dios está con ustedes y no los dejará ni los abandonará.
Deuteronomio 31:6, vp.
Cuando Martín Lutero compareció ante sus acusadores en la Dieta del Worms, en Alemania, el 18 de abril de 1521, fue el epítome de valentía. “Mi conciencia es cautiva a la Palabra de Dios,” declaró. “No puedo retractarme, y no me retractaré de nada, puesto que no es ni seguro ni correcto ir contra la conciencia. No puedo hacer otra cosa; aquí estoy, que Dios me ayude. Amén.”
La valentía y resolución de Martín Lutero fueron como las de Daniel, que se halló cautivo en Babilonia. En su adolescencia, a Daniel lo pusieron en “estudio acelerado” para que llegue a ser un erudito en la corte de Nabucodonosor. Cuando se le dio alimentos de Babilonia para comer, adoptó una posición firme. Esos alimentos violaban las normas dietéticas de Israel y probablemente habían sido ofrecidos a ídolos antes de ser servidos. Daniel sugirió una dieta alterna que aumentó su salud y su reputación por sabiduría.
Cuando usted enfrente un reto a sus convicciones, sugiera una alternativa creativa. Pero antes de hacerlo, asegúrese de que tiene el valor para respaldarla; en caso de que la respuesta sea que no.
Para tener valor, primero debe tener una conciencia nutrida por la convicción.
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HORIZONTE INTERNACIONAL
Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti; porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste. Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos.
Juan 17:7-10
Siempre me conmuevo cuando otra persona ora por mí. Lo que las personas le piden a Dios por mí me hace sentir muy pequeño y humilde. Imagínense el escuchar detrás de la puerta cuando Jesús intercede al Padre por ustedes. Los discípulos lo hicieron y se quedaron anonadados por un par de razones.
Primeramente, Jesús afirmó la fe de los discípulos en el Padre. ¿No es ésta una gran manera de orar? Qué maravilloso sería para nuestros hijos escucharnos orar al Padre, diciéndole cuán agradecidos estamos por la fe de nuestros hijos en él. Estoy seguro que estas palabras los tocarían profundamente. La oración tiene una manera especial de bendecir a aquellos que están escuchando a nuestro alrededor.
En segundo lugar, Jesús señala que la gloria del Padre está en él y que él es glorificado en sus discípulos. ¡Increíble! ¿Puede acaso Jesús glorificarse en nosotros? Qué pensamiento – que el Hijo de Dios es glorificado en ti y en mí. Si somos hombres y mujeres de oración, estaremos ayudando a que su gloria se difunda, pues nuestra relación con Dios se fortalecerá llegando a conocerle más y más.
Entonces recuerda al estar atravesando esta semana que la gloria de Dios está siendo vista en tu vida a cada minuto. Que tu familia pueda ser bendecida por palabras maravillosas de ánimo y afirmación en tus oraciones al Padre.
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Verse Bien
David Jeremah
En el agua se refleja el rostro, y en el corazón se refleja la persona. Proverbios 27:19
Uno puede decir mucho de la persona según cómo vista. Pensemos en el retrato de una familia. Cada uno de los miembros se ha dedicado a arreglarse delante del espejo para salir bien en la fotografía. Luego, frente a la cámara, todos sonríen y se comportan lo mejor posible.
¿Qué pasaría si alguien nos siguiera durante todo el día con una cámara? Las fotografías causarían un impacto, pero dependerá de nosotros qué tipo de impacto sea. Charles Spurgeon dijo: «La vida de un hombre siempre habla más que su discurso. Cuando los demás lo evalúen, tomarán en cuenta sus acciones como dólares, y sus palabras como peniques. Si su vida y su doctrina no están en la misma línea, los que le vean aceptarán su práctica pero rechazarán su prédica».
¿Refleja su aspecto la transformación que Cristo ha obrado en su corazón? En 1 Pedro 3:3-4 se nos dice: «Que la belleza de ustedes no sea la externa ... Que su belleza sea más bien la incorruptible, la que procede de lo íntimo ... Ésta sí que tiene mucho valor delante de Dios».
Levante la cabeza y haga que el retrato espiritual de su familia se vea más hermoso por dentro que por fuera.
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JESÚS LO HARA
By Gary Wilkerson
“Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor” (Marcos 5:25-26).
Considera la desesperada situación de esta mujer. Con el tiempo su condición iba de mal en peor. Sin embargo, cuando escuchó que Jesús iba pasando, “decía: ‘Si tocare tan solamente su manto, seré salva’” (5:28).
Escondida en su corazón estaba la fe de una semilla de mostaza, del tipo que crece hasta llegar a ser una planta grande y productiva. Su fe era tan grande que no necesitaba que Jesús viniera a ella, todo lo que ella necesitaba era alcanzarlo y tocarlo. Nota la última frase en su pensamiento: “seré salva”. Ella no solamente pensaba: “Jesús puede hacerlo si quiere”. Ella estaba convencida: “esto va a ocurrir porque Él es Dios”. Su fe era una roca sólida, real, la clase de fe que le cree a Dios por milagros basados en Su bondad.
Imagina lo que la condición de esta mujer le había hecho a su vida. En esos doce años su salud se había deteriorado hasta quedar débil. Quizá esto describe tu vida. Los problemas se han multiplicado, las cuentas se han amontonado y tus preocupaciones se han incrementado. Has visto que las oraciones de otras personas han sido respondidas, pero las tuyas parecen no ser oídas. Ahora el clamor de tu corazón es: “¿Por cuánto tiempo más, Señor? ¿Por qué debería seguir esperando que me escuches?
Amo la fe de esta mujer. Nada había funcionado para ella, sin embargo alcanzó a Jesús con una fe que cree: “O muero de esta enfermedad, o seré sana hoy día”. Su fe no fue simplemente “Jesús puede”, sino “Jesús lo hará”.
Mientras tocaba el manto de Jesús “en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote. Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos? (5:29-30).
Note que Jesús no inició esta sanidad, la fe de la mujer lo hizo. Jesús mismo dijo: “Hija, tu fe te ha hecho salva; vé en paz, y queda sana de tu azote” (5:34). Su fe estaba basada en la bondad de Dios y ella declaró: “Señor, incluso si has olvidado mi necesidad, yo no he olvidado tu fidelidad”. Su historia nos dice que podemos tener la misma clase de fe, aquella que dice: “Señor, Tú lo harás”.
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NO SABER COSA ALGUNA SINO A JESUCRISTO
by David Wilkerson
“Porque en él vivimos, nos movemos y somos” (Hechos 17:28). Los hombres y las mujeres de Dios viven dentro de este muy pequeño círculo; sus vidas, cada movimiento, toda su existencia está envuelta sólo en lo que le interesa a Cristo.
Para conocer nada más que a Cristo, debe haber un fluir continuo de revelación del Espíritu Santo. Si el Espíritu Santo conoce la mente de Dios, si Él escudriña las cosas escondidas y profundas del Padre y si Él va a ser una fuente de la que brote agua viva, entonces esa fuente de agua debe de ser una continua e inagotable revelación de Cristo. Esto le espera a todo siervo del Señor que esté dispuesto a esperar en el Señor, calladamente, creyendo en fe, confiando en que el Espíritu Santo manifestará la mente de Dios.
Hoy necesitamos la Palabra infalible de Dios, una revelación viva y verdadera. Samuel tenía esa clase de Palabra de Dios, y todo Israel lo sabía. Cuando Samuel hablaba, de todas las voces en la región, la de él se cumplía y ninguna palabra caía al suelo.
Hoy en día multitudes están tratando de cernir todas las voces, para oír la Palabra clara de Dios. Los santos de Dios están fatigados por el aluvión de voces, donde sólo encuentran unos cuantos granos de verdad. ¡Sólo Cristo es la luz! Todo el mundo se encuentra en tinieblas y sólo la luz dispersa esas tinieblas.
Pablo dijo: “Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo” (2 Corintios 4:6).
Puede que estés en un lugar oscuro ahora mismo. Tus buenas obras no disiparán esas tinieblas, y nuestras prédicas sobre temas sociales tampoco lo harán. Ninguna experiencia personal lo logrará. Y voy a ir un paso más allá, ni siquiera atar los poderes de las tinieblas funcionará a no ser que la luz de Cristo alumbre. ¡Todas las tinieblas se desvanecen en la luz de la gloria de Dios reflejada en el rostro de Jesucristo! Estudiemos solamente a Cristo en el lugar secreto. Servimos al mismo Dios y somos enseñados por el mismo Espíritu Santo, que todos los demás que han conocido a Cristo en plenitud.
HORIZONTE INTERNACIONAL
Bienaventurados los que hacen la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Mateo 5:9
Son dos las cosas principales que te identificarán como hacedor o hacedora de paz. La primera es que hayas hecho paz tú mismo con Dios.
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por medio de quien también hemos obtenido acceso por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
Romanos 5:1-2
No hay manera de que puedas ser un hacedor de paz si no tienes paz con Dios. ¿Has sido limpiado por la sangre de Jesús y lavado de tus pecados?
La segunda cosa principal que te identificará como uno que hace la paz es que tengas paz contigo mismo. He visto a muchas personas en su lecho de muerte enojados, angustiados y sintiéndose unos perdedores y fracasos. Se acuerdan de todo lo que hicieron mal alguna vez y de lo que otras personas les hicieron a ellos. No permites que eso te pase a ti. Haz la paz contigo mismo ahora.
Dios es el gran hacedor de paz y la sangre de Jesucristo borra y lava.
Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado. 1 Juan 1:7
Tened presente que habéis sido rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual heredasteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.
1 Pedro 1:18-19
Acepta el hecho de que en los ojos de Dios eres limpio. No dejes pasar otro día permitiendo que te controle tu pasado o que tu pecado te derrote cuando puedes ser lavado y limpiado. No hay ninguna persona perfecta leyendo esto en este momento. Ni una. Todos somos defectuosos pero por causa de lo que hizo Jesús podemos todos ser perdonados.
Encima de poder experimentar la paz con Dios y contigo mismo también puedes ser un hacedor de paz trayendo el mensaje del evangelio a tu familia, amigos, compañeros de escuela y del trabajo.
Podemos compartir con otros lo que Jesús ha hecho en nuestras vidas y lo que él quiere hacer en sus vidas mostrándoles cómo experimentar este mismo perdón y paz.
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Soldados en una guerra santa
John MacArthur
Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad. (Efesios 6:14)
Nuestra sociedad no contribuye a que las personas sean más semejantes a Cristo. Vivimos en lo que se ha calificado de una cultura en la que todo se percibe por los sentidos porque la mayoría de las personas están más interesadas en las emociones placenteras que en los esfuerzos productivos; buscan más la comodidad que la realización. Tal perspectiva ha influido aun en la iglesia, que sufre de una apatía que causa consternación. Hemos olvidado que somos soldados en una guerra santa.
Como lo indica el versículo de hoy, lo primero que un soldado se ponía antes de entrar en batalla era un cinturón alrededor de su cintura. Lo ceñía tanto como podía y tiraba de las puntas de su túnica hacia arriba por el cinturón de modo que pudiera tener completa libertad de movimiento en el combate cuerpo a cuerpo. El cinto de la verdad no es una pieza de la armadura, porque no puede protegernos directamente. Pero sí indica que tenemos que pensar seriamente en la batalla y procurar alcanzar la victoria.
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LA MISERICORDIA DE DIOS
by David Wilkerson
En Hechos, capítulo 9 vemos que un hombre llamado Saulo de Tarso, uno de los hombres más religiosos de todos los tiempos, viajaba hacia Damasco. ¿Por qué hacia este viaje?
Saulo estaba tan lleno de odio hacia Jesús que con determinación perseguía a la Iglesia de Dios, incluso fuera del territorio judío. Así que estaba en camino a Damasco, buscando destruir al pueblo del Señor.
“Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumo sacerdote, y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén.” (Hechos 9:1-2)
Considera la acción de Dios hacia este hombre que más tarde se convirtió en el evangelista cristiano más grande que jamás haya existido. Repentinamente, una luz del cielo resplandeció a su alrededor: “Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y [cayó] en tierra” (Hechos 9:3-4). Saulo más tarde diría: “yo con toda buena conciencia he vivido delante de Dios hasta el día de hoy”.
¿Cuál fue el objetivo de esta luz brillante? ¿Para confundirlo? ¿Para ponerlo bajo culpa y condenación? ¿Para destruirlo? ¿Para pronunciar ira y juicio sobre él? No. Esta luz resplandeció para anunciarle a Saulo que su iniquidad había sido perdonada y su pecado cubierto.
Imagina a Saulo postrado ante la luz brillante y escuchando la voz de Jesús. En lugar de escuchar acusaciones de parte de un Dios santo, debido al camino en el que andaba, las palabras que escucha son: “¡Yo soy Jesús a quien tu persigues!” En ningún momento Dios hizo mención de la impiedad de sus acciones. ¿Por qué? Porque aquel al que Saulo estaba persiguiendo era su mejor Amigo.
Amados, este mismo Jesús nos ofrece la misma misericordia. Aunque somos merecedores de juicio, le oímos decir: “Yo soy Jesús, tu Redentor”.
Agradécele este día por la misericordia que Él te ha mostrado.
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ALABANDO A DIOS POR SU BONDAD
by David Wilkerson
“En la hermosura de la gloria de tu magnificencia, y en tus hechos maravillosos meditaré. Del poder de tus hechos estupendos hablarán los hombres, y yo publicaré tu grandeza. Proclamarán la memoria de tu inmensa bondad, y cantarán tu justicia” (Salmos 145:5-7). La palabra “estupendos” que se usa acá significa que Sus hechos son tan grandiosos que producen asombro y perplejidad.
No podemos negar que Dios espera que nosotros Le alabemos por toda Su excelencia, pero somos especialmente llamados a alabarle por Su bondad.
Nota que el salmista insiste en grandes alabanzas al recordar la bondad del Padre. Era común para David cantar estas alabanzas a manera de expresiones hermosas, como para hacer que la alabanza brote como el agua de una fuente.
En el Salmo 107:8-9, David escribe: "Alaben la misericordia de Jehová, y sus maravillas para con los hijos de los hombres. Porque sacia al alma menesterosa, y llena de bien al alma hambrienta”
Esta verdad de alabar a Dios por la bondad que ha mostrado en el pasado tocó mi corazón y me ha llevado a hacer lo mismo que hizo David. ¡Somos llamados a celebrar Su bondad!
David habla abiertamente de la bondad de Dios: De la inclinación de Dios a hacer misericordia al sentir nuestra aflicción y miseria. David “toma prestado” Éxodo 34:6, cuando Dios habló a Moisés: " Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad".
Amado, mira hacia atrás en el pasado y recuerda lo bueno que el Señor ha sido contigo. Medita en Sus compasiones que nunca dejaron de llevarte de la mano a través de toda circunstancia. Encuentro placer en alabar a Dios por todas las cosas, pero especialmente por Su bondad. No sólo por la bondad del pasado, sino por la bondad que veo diariamente, la bondad que veo alrededor de mí ahora, en el presente.
“Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
Y en la casa de Jehová moraré por largos días” (Salmos 23:6).
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IRÉ CONTIGO
Gary Wilkerson
Pablo le dijo a Timoteo: “Como te rogué que te quedases en Éfeso, cuando fui a Macedonia” (1 Timoteo 1:3), pero Timoteo, que amaba a su mentor, dijo: “Iré contigo”.
No sé por qué Timoteo quería ir con Pablo. Quizás era porque simplemente amaba a Pablo o quizás porque se estaba empezando a frustrar en Éfeso. Aparentemente, los efesios se habían enfocado en ellos mismos, viviendo un estilo de vida de justicia propia y tratando de verse bien. Cuando uno se llena de justicia propia, a menudo significa que estás engañado y te vuelves angurriento, egoísta y ambicioso.
En ese momento había una hambruna en Macedonia y también en Jerusalén y las iglesias que se encontraban ahí enfrentaban una pobreza extrema. Mientras sufrían en Macedonia, en Éfeso, aparentemente, la economía seguía siendo buena y ellos tenían muchos recursos que guardaban para ellos mismos.
Pablo le dice a Timoteo: “A los ricos de este siglo [los efesios] manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos” (1 Timoteo 6:17-18).
En algunas traducciones, este versículo dice: “Manda a aquellos que son ricos en el presente, que sean generosos”. ¿Por qué diría Pablo algo que suena más bien ridículo? No parece natural mandar a la gente a ser generosa y a no retener las cosas sólo para ellos, sino a repartir este generoso don de Dios a los que les rodean. ¿Por qué mandaría Pablo a dar?
Cuando Pablo le dijo a Timoteo que “mande” a los efesios a dar, no era para hacer que ellos sólo den, sino para que vieran que en sus vidas, les faltaba una parte de la gracia.
La iglesia en Macedonia tenía lo que le faltaba a la iglesia en Éfeso. Es cierto que la iglesia en Macedonia había sido golpeada por la pobreza en lo natural, pero era increíblemente generosa, ya que no tan sólo daba, sino que daba más allá de su capacidad (ver 2 Corintios 8:1-3). Leemos que los macedonios les pedían “con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este servicio para los santos” (2 Corintios 8:4).
La iglesia en Macedonia, obviamente entendía la gracia. Ellos andaban en la gracia y Timoteo quería verlo con sus propios ojos
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HORIZONTE INTERNACIONAL
Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que aman orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. De cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ores, entra en tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en secreto te recompensará. Y al orar, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que serán oídos por su palabrería. Mateo 6:5-7
Cuando oramos debemos presentarnos delante de Jesús así como somos, sin tratar de impresionarlo. Él nos acepta como somos y quiere lo mejor para nosotros. Se preocupa por tu corazón y por qué seas conformado(a) a su imagen.
En vez de ponernos en una esquina para llamar la atención Jesús dice que entremos a nuestra habitación, que cerremos la puerta y que nuestro Padre nos recompensará. Esto quiere decir que tomes un tiempo sin interrupciones para que puedas pasar tiempo con él. Sin teléfono, móvil y televisión podrás decirle exactamente lo que hay en tu corazón y acerca de tus necesidades.
Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque ésta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús. 1 Tesalonicenses 5:16-18
Debemos tener un tiempo para orar sin interrupciones pero la Escritura nos dice también que oremos constantemente. Esto significa que puedes orar cuando estás surfeando o tomando un paseo por la playa. Jesús no está diciendo que oremos solamente en nuestra habitación pues también podemos orar en voz alta con nuestros amigos.
En mi tiempo de oración es cuando he sentido la presencia del Señor de manera más rica durante mi vida. Estoy absorbiendo más las cosas de Dios. Dios me llama a la oración muchas veces cuando él quiere decirme algo y me contesta cuando estoy en la intimidad de mis tiempos de oración. Me pregunto: ¿tienes un tiempo solo(a) con él?
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HORIZONTE INTERNACIONAL
Entonces los discípulos de Juan fueron a Jesús y dijeron: — ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos frecuentemente, pero tus discípulos no ayunan?
Jesús les dijo: — ¿Pueden tener luto los que están de bodas mientras el novio está con ellos? Pero vendrán días cuando el novio les será quitado, y entonces ayunarán.
Nadie pone parche de tela nueva en vestido viejo, porque el parche tira del vestido y la rotura se hace peor. Tampoco echan vino nuevo en odres viejos, porque los odres se rompen, el vino se derrama, y los odres se echan a perder. Más bien, echan vino nuevo en odres nuevos, y ambos se conservan.
Mateo 9:14-17
Hay tiempos en nuestra vida cuando las cosas no parecen tener sentido y tenemos que pedirle respuestas al Señor. Este es el caso en Mateo 9; los discípulos de Juan el Bautista fueron a Jesús a preguntarle porqué sus discípulos no ayunaban.
Jesús les responde con una ilustración de las bodas de matrimonio. Cuando el novio está con sus amigos, celebran juntos y hay mucho gozo y no sería apropiado tener luto. Pero cuando el novio fuera quitado (como Jesús fue crucificado) entonces ya sería apropiado tener luto y ayunar.
¿Por qué no ayunaban los discípulos de Jesús? Pues no había necesidad porque Jesús todavía estaba con ellos. ¿No habrá un tiempo apropiado para que ayunaran? Sí, Jesús les muestra que ese día vendrá.
Si tú estás pasando por un tiempo difícil puedes orar y ayunar. Ahora el Señor Jesucristo está sentado a la diestra de Dios y te contestará. Si todo va bien en tu vida, regocíjate en él porque un día estarás con él en las bodas y en el trono del Cordero.
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EN EL DÍA DE PENTECOSTÉS
by David Wilkerson
¿Qué evangelio predicó Pedro a las masas en el día de Pentecostés? La Biblia nos dice que cuando la gente escuchó al apóstol testificar: “…se compungieron de corazón, y dijeron…varones hermanos, ¿Qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.” (Hechos 2:37-38).
Pedro no les dijo tan solo “cree y se salvo”, ni tampoco les pidió que hicieran simplemente una decisión, que presentaran su postura por Jesús. ¡No, él les dijo que se arrepientan primero, y luego sean bautizados en obediencia a Cristo!
¿Qué evangelio predicó Pablo a los atenienses paganos en el Areópago? Él les dijo muy directamente: “…Dios…ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan” (Hechos 17:30).
Estos griegos intelectuales no tenían problema para creer en Dios. De hecho, se podría decir que su pasatiempo era “creer” en muchos dioses, primero en este, luego en el otro, cada vez que alguien les predicaba persuasivamente de un dios, ellos creían. Entonces, ellos sí creían, pero lo hacían mientras vivan en pecado. ¡Una simple creencia no es suficiente!
Pablo les dijo a estos hombres: “¡No! ¡No! Jesús no puede ser simplemente añadido a tu lista de dioses. El ha venido a salvarte de tus pecados. ¡Y Él manda a todos sus seguidores que se arrepientan y sean limpios!”
Más tarde, Pablo le predicó este mismo evangelio de arrepentimiento al rey Agripa: “No fui rebelde a la visión celestial, sino que anuncié primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento” (Hechos 26:19-20).
Pablo está diciendo: “Dondequiera que he estado, he predicado arrepentimiento. ¡Y un arrepentimiento genuino se demuestra con hechos!”
Estos pasajes nos dejan en claro que la iglesia apostólica predicaba sin temor el mismo evangelio que Juan y Jesús predicaron: “¡Arrepentíos para perdón de los pecados!”
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Alabanza por las respuestas
John MacArthur
Orad sin cesar. Dad gracias en todo. (Tesalonicenses 5:17-18)
Cuando Dios contesta la oración acerca de determinada situación, tenemos el privilegio de ser parte de su obra y de alabarlo por ella. Cuando no participamos mediante la oración, perdemos la oportunidad de darle gloria.
Suponga que alguien fuera a una reunión de oración y dijera: “Ha ocurrido algo maravilloso: la señora a quien le he estado dando testimonio ha entregado su corazón a Cristo. Ahora es creyente y está aquí con nosotros esta noche. Gracias por orar por ella durante estos últimos meses”. Las personas presentes pueden alabar al Señor, en particular quienes habían estado orando por la conversión de esa mujer.
Pero también habría algunos que, aunque dando alabanza, no se sentirían como que han participado porque no habían orado por la señora. Hay que participar en lo que Dios está haciendo para que pueda alabar con sinceridad.
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DIOS ESCONDE SU ROSTRO DE LA MALDAD
by David Wilkerson
Dios "esconde su rostro" de toda la insensatez y burla (ver Jeremías 33:5). Sin embargo, Él nunca se esconde de los que se encierran con Él. Le dijo a un Jeremías que siempre oraba: "He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad" (Jeremías 33:6).
¡Estas fueron palabras asombrosas! Dios le estaba diciendo el profeta: "Lo creas o no, Jeremías, voy a sanar a Mi pueblo. De hecho, ¡voy a llevarlos a abundante paz y verdad! Estoy a punto de traer una gran limpieza, con misericordias nuevas. Y ¡Mi Iglesia será una vez más un lugar de gozo y de verdaderas alabanzas, donde se rompan todas las ataduras!"
Entonces, el Señor dio esta gloriosa promesa de pacto: " Así dice Jehová de los ejércitos: En este lugar desierto, sin hombre y sin animal, y en todas sus ciudades, aún habrá cabañas de pastores que hagan pastar sus ganados" (Jeremías 33:12). Él estaba diciendo: "Voy a establecer una multitud de sacerdotes piadosos en todas las ciudades. Y ellos Me servirán en verdad, ¡haciendo que Mis ovejas se recuesten en reposo!"
En toda ciudad y pueblo, sea en montañas o valles, el norte o el sur, habría un "redil" - un corral para el rebaño - con un pastor que los cuide. Y "aún pasarán ganados por las manos del que los cuente, ha dicho Jehová" (33:13). Este versículo habla de cuidado íntimo y personal para cada oveja. Dios estaba diciendo: "¡Estos sacerdotes piadosos cuidarán de mi pueblo individualmente!"
Entonces el Señor resumió su bendición de restauración, diciendo: "He aquí vienen días, dice Jehová, en que yo confirmaré la buena palabra que he hablado a la casa de Israel y a la casa de Judá" (versículo 14). Esta "buena palabra" sonaba casi demasiado buena para ser verdadera. ¡No sólo Dios limpiaría a Su iglesia y restauraría a Su pueblo - sino que Él también les proveería pastores piadosos!
Sólo el mismo Señor podría realizar un trabajo tan asombroso. Ningún evangelista, maestro o nuevo movimiento podrían lograrlo. ¡Ocurriría solamente por la promesa del pacto! ¡Creo que Dios se refería a nuestros días cuando hablaba estas promesas a Jeremías!
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HORIZONTE INTERNACIONAL
Entonces los discípulos de Juan fueron a Jesús y dijeron: —¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos frecuentemente, pero tus discípulos no ayunan?
Jesús les dijo: —¿Pueden tener luto los que están de bodas mientras el novio está con ellos? Pero vendrán días cuando el novio les será quitado, y entonces ayunarán.
Nadie pone parche de tela nueva en vestido viejo, porque el parche tira del vestido y la rotura se hace peor. Tampoco echan vino nuevo en odres viejos, porque los odres se rompen, el vino se derrama, y los odres se echan a perder. Más bien, echan vino nuevo en odres nuevos, y ambos se conservan.
Mateo 9:14-17
Hay tiempos en nuestra vida cuando las cosas no parecen tener sentido y tenemos que pedirle respuestas al Señor. Este es el caso en Mateo 9; los discípulos de Juan el Bautista fueron a Jesús a preguntarle porqué sus discípulos no ayunaban.
Jesús les responde con una ilustración de las bodas de matrimonio. Cuando el novio está con sus amigos, celebran juntos y hay mucho gozo y no sería apropiado tener luto. Pero cuando el novio fuera quitado (como Jesús fue crucificado) entonces ya sería apropiado tener luto y ayunar.
¿Por qué no ayunaban los discípulos de Jesús? Pues no había necesidad porque Jesús todavía estaba con ellos. ¿No habrá un tiempo apropiado para que ayunaran? Sí, Jesús les muestra que ese día vendrá.
Si tú estás pasando por un tiempo difícil puedes orar y ayunar. Ahora el Señor Jesucristo está sentado a la diestra de Dios y te contestará. Si todo va bien en tu vida, regocíjate en él porque un día estarás con él en las bodas y en el trono del Cordero.
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JESÚS ES EL PACTO
by Gary Wilkerson
Isaías se refería a Jesús cuando profetizó estas palabras: "Así dijo Jehová: En tiempo aceptable te oí, y en el día de salvación te ayudé; y te guardaré, y te daré POR PACTO AL PUEBLO, para que restaures la tierra, para que heredes asoladas heredades" (Isaías 49:8, énfasis mío).
Como iglesia de Jesucristo, celebramos el anuncio profético de Isaías cada Navidad. El profeta declara que Dios está a punto de enviar a Su Hijo como la respuesta a cada clamor y oración. Pero este versículo implica más de lo que usualmente asociamos con la historia del bebé en el pesebre. Se nos dice que Jesús fue enviado en forma humana para revelar el pacto de Dios con el hombre: "Te daré por pacto al pueblo".
Cuando Dios nos dio Su Nuevo Pacto, Él no estableció un nuevo sistema con un conjunto nuevo de reglas. En lugar de ello, Él nos envió a una persona: Jesús, como El Pacto.
El Antiguo Pacto era un conjunto de reglas basado en condiciones. Éste declaraba: "Si tú haces esto o aquéllo, entonces Dios te dará vida. Pero si no lo haces, te perderás la bendición de Dios". Por supuesto, el pueblo nunca alcanzaba el estándar de Dios. No fueron capaces de guardar Su ley, la cual era santa y pura, y, como resultado, sus vidas eran acosadas por la culpa, la vergüenza y la desesperación.
En algún momento, decidimos que el Antiguo Pacto de Dios debía ser modificado. Pero Jesús no vino para modificar un Pacto: Él vino como El Pacto. Él no vino a mostrarnos las bendiciones de la gracia: Él es la bendición de la gracia.
A lo largo de la historia de la iglesia, hombres como Lutero y Wesley han enfatizado cuán importante es para el pueblo de Dios entender el Nuevo Pacto. Ellos lo vieron como una cuestión de dividir correctamente la Palabra de Dios, entendiendo lo que es la ley y lo que es la gracia. Si no somos capaces de comprender esta materia, dijeron ellos, estamos condenados a una vida de desesperación. Lutero y Wesley sabían que esto era verdad porque ellos mismos habían experimentado dicha desesperación.
Esta es la diferencia: Bajo el Nuevo Pacto, la ley de Dios ya no era una norma externa por la cual luchar. En cambio, Su ley sería escrita en nuestros corazones a través del Espíritu Santo: "…el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado" (Romanos 5:5). Somos llenos del Espíritu Santo, la vida misma de Dios, para ayudarnos a obedecer Su Santa Palabra. Cristo nos amó y se entregó por nosotros para que podamos tener esta novedad de vida.
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HORIZONTE INTERNACIONAL
Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti; porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste. Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos. Juan 17:7-10
Siempre me conmuevo cuando otra persona ora por mí. Lo que las personas le piden a Dios por mí me hace sentir muy pequeño y humilde. Imagínense el escuchar detrás de la puerta cuando Jesús intercede al Padre por ustedes. Los discípulos lo hicieron y se quedaron anonadados por un par de razones.
Primeramente, Jesús afirmó la fe de los discípulos en el Padre. ¿No es ésta una gran manera de orar? Qué maravilloso sería para nuestros hijos escucharnos orar al Padre, diciéndole cuán agradecidos estamos por la fe de nuestros hijos en él. Estoy seguro que estas palabras los tocarían profundamente. La oración tiene una manera especial de bendecir a aquellos que están escuchando a nuestro alrededor.
En segundo lugar, Jesús señala que la gloria del Padre esta en él y que él es glorificado en sus discípulos. ¡Increíble! ¿Puede acaso Jesús glorificarse en nosotros? Qué pensamiento – que el Hijo de Dios es glorificado en ti y en mí. Si somos hombres y mujeres de oración, estaremos ayudando a que su gloria se difunda, pues nuestra relación con Dios se fortalecerá llegando a conocerle más y más.
Entonces recuerda al estar atravesando esta semana que la gloria de Dios está siendo vista en tu vida a cada minuto. Que tu familia pueda ser bendecida por palabras maravillosas de ánimo y afirmación en tus oraciones al Padre.
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ACTOS DE FE
by Gary Wilkerson
Después de que el apóstol Pedro fuera milagrosamente liberado de la prisión (ver Hechos 12:7-11), fue a la casa de oración para dar el reporte del milagro a los que habían estado intercediendo por él. Cuando Pedro tocó la puerta, el grupo seguía orando fervientemente en el interior. No tenían idea de cuán efectivas habían sido sus oraciones por su hermano. De hecho, la Escritura dice que hacían oración "sin cesar", es decir, que se aferraban a Dios y sin darse por vencidos. Este es el tipo de oración a la que Cristo llama a su iglesia: Una oración persistente y apasionada en su deseo de ver a un ser querido, a un amigo o incluso toda una ciudad ser liberada.
Pero algo interesante sucedió cuando estos creyentes se enteraron de que sus oraciones habían sido respondidas: ¡No lo creyeron! Una muchacha les dijo que Pedro estaba en la puerta. "…de gozo no abrió la puerta, sino que corriendo adentro, dio la nueva de que Pedro estaba a la puerta. Y ellos le dijeron: Estás loca. Pero ella aseguraba que así era. Entonces ellos decían: ¡Es su ángel!" (12:14-15). Al parecer, ellos creían que Herodes ya lo había matado.
Dios se dedica al negocio de la liberación. Él hace lo imposible con una sola palabra y cuando libera a Su pueblo, éste es verdaderamente libre. Pero tal vez has notado algo que sucede en tu propia vida cuando luchas con un problema. Es decir, Dios abre las primeras puertas para ti y luego deja la última cerrada, para que tú la abras por fe. Él abrió sobrenaturalmente las puertas a Pedro, pero esta última requería la fe y la acción del hombre.
¿Por qué hace esto el Señor? Él sabe que, aun con nuestras oraciones más fervientes, podemos seguir teniendo un pequeño rincón de incredulidad en nuestros corazones. Sí, Dios es soberano en poder, pero Él quiere que Su novia esté envuelta en Sus actos de redención. Cada mover genuino de Dios, a lo largo de la historia, ha requerido que hombres y mujeres se pongan en pie y digan: "Quiero ser incluido. Quizás sea débil o tímido, pero Dios honra a los que actúan en fe".
Sí, todo comienza con la oración. La oración ferviente y eficaz mueve a Dios a abrir las puertas de hierro y liberar a los cautivos. La historia de Pedro lo deja claro. Pero esta escena también muestra que si nosotros no actuamos en fe para abrir esa última puerta, algunos cautivos se quedarán parados afuera. Así que aquí está la última parte de la oración ferviente: La acción fiel.
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LA PRUEBA DEL HECHO
By David Wilkerson
“Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14).
Muchos en la iglesia actual intentan determinar la proximidad del regreso de Cristo leyendo las señales de los tiempos. Vemos tales señales en eventos particulares, por ejemplo, el regreso de los judíos a Israel. Sin embargo una de las declaraciones más claras que Jesús hace acerca de su segunda venida se encuentra en el versículo de arriba: El fin vendrá sólo después que el evangelio ha sido predicado a todas las naciones –como testimonio.
La palabra que Jesús usa para “testimonio” en este versículo significa, literalmente, “prueba del hecho.” Cristo está hablando aquí no sólo de predicar el evangelio, sino de presentarlo como un testimonio. En resumen, Él dice, el evangelio que predicamos sólo es eficaz si está respaldado por una vida que testifica de su realidad.
Tú pensarías que en América, una nación llena de miles de iglesias evangélicas, habría un testimonio fuerte del evangelio. Pero muchas iglesias han comprometido el verdadero evangelio de Cristo. El hecho es que, incluso con toda la predicación evangélica en muchas de estas iglesias, hay muy poco testimonio del Señorío de Cristo en las vidas de las personas para respaldarlo. No son verdaderos testigos para la ciudad o la nación.
Claro que hay excepciones. Pienso en un pastor bautista que una vez planeó construir un enorme edificio nuevo. Su congregación estaba creciendo rápidamente y él había comenzado a estudiar el movimiento del crecimiento de la iglesia. Pero entonces su esposa fue movida a orar y buscar al Señor, y pronto el pastor estaba haciendo lo mismo. Rápidamente dejó sus sueños de grandes números y empezó a ser un testimonio de lo que predicaba.
En un sermón reciente, el pastor preparó una pantalla grande en el frente de la iglesia. Dijo a su congregación: “El Espíritu de Dios ha estado hablándome acerca de los pecados de esta iglesia. ¡Y hoy vamos a verlos delante de nuestros propios ojos!”
Entonces el pastor proyectó pecado tras pecado en la pantalla: fornicación, adulterio, alcoholismo, abuso de drogas, pornografía. Luego comenzó su sermón: “No vamos a comenzar a construir una iglesia grande ahora mismo. Tenemos que enderezar el templo viviente de Cristo antes que podamos hacer cualquier otra cosa. ¡Tenemos que vivir este evangelio primero!”. Hoy el Espíritu de Dios se está moviendo poderosamente en esa iglesia. ¡Las personas están acudiendo al Señor en masa, enderezando sus vidas, porque están oyendo un evangelio con un testimonio que le respalda!
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EL CUMPLIMIENTO DE LA LEY
John MacArthur
Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto. (Mateo 5:48)
Jesús se enfrentó a gran oposición durante su ministerio cuando no estuvo de acuerdo con la teología judía contemporánea (Mt. 15:1-3). Como era hipocresía, rechazó la presunta devoción de los fariseos.
Muchos en su época decían: “¿Está Jesús diciendo una nueva verdad? ¿Está realmente hablando en nombre de Dios? Él no dice lo que dicen los fariseos. En realidad, dice lo opuesto de lo que se nos enseña”.
Jesús dijo: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir” (Mt. 5:17). Jesús no condenó la ley del Antiguo Testamento, sino que condenó la tradición que se había creado alrededor de ella. Los guías religiosos habían pervertido tanto la ley de Dios que Jesús declaró: “Os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos” (v. 20).
¿De qué justicia depende usted? ¿De la suya o de la de Cristo?
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ANDAD EN EL ESPÍRITU
Gary Wilkerson
Espero no ser la única persona que a veces se pregunta: "¿Estoy realmente andando en el don de justicia que Él me ha dado?" Dice Gálatas 5:16: "Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne".
Podemos tomar cualquier pasaje de la Escritura y leerlo ya sea a través de la lente de la gracia o de la lente de las obras y la Ley. Cuando leo Gálatas 5:16, a veces me pongo en la mentalidad de "obras" que dice: "¡Tengo que tratar de hacer esto!" Me digo a mí mismo: "Bueno, voy a hacer esto hoy, ¡voy a caminar en el Espíritu!" Me pongo ansioso y, de repente, ya no estoy caminando en el Espíritu en absoluto.
Lo siguiente que Gálatas 5:16 dice es: "No satisfagáis los deseos de la carne". A veces leemos este pasaje a través de la lente de: "Estoy en la carne. No, estoy en el Espíritu. Pero entonces algo se me cruza y me molesto ¡y otra vez, estoy de vuelta en la carne!"
Gálatas 5:18: “Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley”.
¿Estás en el Espíritu? ¿Ha entrado alguna vez Jesús en tu corazón? Si es así, ¿te dijo: "Voy a revisarte completamente por dentro y por fuera y si tu corazón es lo suficientemente justo, más adelante invitaremos al Espíritu Santo que venga también"?
¡No! ¡Él no hizo eso! No puedes ser salvo a menos que el Espíritu Santo viva en ti. Así que cuando dice: "Andad en el Espíritu", no quiere decir: "Trata de ser espiritual", sino: "El Espíritu de Dios vive en ti, así que ¡anda en ello!" Él te ha concedido acceso a Su justicia y ahora sólo te dice: "Ponte al día en la obra que ya he puesto en ti. Pon en práctica las cosas que ya tienes en la vida y deja de estar ansioso, temeroso y estresado".
No te preguntes si estás demasiado en la carne. No tienes que decir: "Dios, ¿puedes ayudarme a ser más espiritual?" No, tú ya lo eres - ¡la vida de Dios vive en ti! El Espíritu, el aliento de Dios, está en ti y tú no estás bajo la Ley.
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JESÚS Y EL PERDÓN
David Wilkerson
La cosa más difícil de hacer para los cristianos es perdonar. Considerando todo lo que se habla en la Iglesia sobre el perdón, la restitución y la sanidad, muy poco de esto es verdaderamente demostrado. A todos nos gusta pensar de nosotros mismos como pacificadores, personas que levantan a los caídos, siempre perdonando y olvidando. Pero aún los más profundamente espirituales son culpables de herir a hermanos y hermanas al no mostrar un espíritu de perdón.
Incluso los mejores cristianos encuentran difícil perdonar a aquellos que han herido su orgullo. Dos buenos amigos cristianos se “pelean” y podrían tenerse rencor de por vida. Ellos rara vez lo admiten, debido a que cubren sus espíritus rencorosos con una fachada de visitas de cortesía, buenas palabras y la invitación: “ven a vernos cuando quieras”. Pero nunca más es lo mismo. Realmente no odiamos a la otra parte, sólo parecemos estar diciendo: “No tengo nada en contra de él, pero solo quítamelo de encima. Que siga su camino y yo el mío”. Nosotros simplemente ignoramos a la gente que no podemos perdonar.
La persona más difícil de perdonar es alguien que ha sido ingrato. Amaste a alguien sin ser amado. Te sacrificaste para ayudar a un amigo en necesidad, sólo para ser criticado o que asumieran que era tu obligación ayudar. La persona a la cual te esforzaste en ayudar no muestra nada más que ingratitud y egoísmo a cambio. Tus buenas intenciones y tus buenas obras son malinterpretadas como que hubiesen sido motivadas egoístamente. ¿Alguna vez perdonamos a esa persona ingrata? Casi nunca. Les sonreímos, le damos un saludo de mano a la distancia, pero nos determinamos a “nunca hacer nada por ellos de nuevo”.
Luego tenemos a los que nos engañan. Nos resulta casi imposible perdonar a tal persona. Estamos más ansiosos de que nos perdonen nuestras propias mentiras y faltas, pero nada nos enfurece más que descubrir que alguien nos ha mentido.
¿Y qué decir de la persona que nos dice que estamos equivocados? Convencidos de que tenemos buenas razones para todo lo que hacemos, nos resulta muy difícil perdonar a la persona que sugiere que hemos cometido un error. En lugar de echar una mirada honesta a lo que esa persona nos está diciendo, justificamos nuestras acciones.
En Su enseñanza sobre la oración Jesús dijo: “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores”. (Mateo 6:11-12).
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HORIZONTE INTERNACIONAL
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Mateo 5:4
Las Bienaventuranzas pueden ser difíciles de entender. Vemos que hay una bendición pero que esa bendición tiene que ver con algo que suena un poco negativo. Nos muestran que es muy difícil ser cristiano. Pero también vemos que lo que sigue a lo negativo (llorar) es lo positivo (ser consolado). Lo positivo de las Bienaventuranzas es lo que viene después de las pruebas.
Nos dicen que pasaremos por experiencias difíciles pero que Dios promete restaurarnos completamente. Esta Bienaventuranza es un gran ejemplo.
Dice Jesús que eres bendecido o bendecida si eres una persona que llora. No quiere decir que debemos andar alrededor con una cara amarga todo el tiempo. Debemos tener una actitud de llorar acerca de toda la maldad que vemos a nuestro alrededor, en nuestra ciudad y en el mundo. Sólo abre el periódico y lee un par de páginas. ¿No se te encoje el corazón cuando ves toda la violencia, corrupción, balazos, enfermedades y pornografía? Jesús también habla acerca del lloro sobre la condición de los corazones y almas de la gente que practica estas cosas traicioneras. Es que la gente de corazón corrupto llorará por siempre.
He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá: aun los que le traspasaron. Todas las tribus de la tierra harán lamentación por él.
Apocalipsis 1:7
Jesús dice que cuando tengamos esta actitud de llorar sobre el pecado, nuestro consuelo vendrá de Dios. Finalmente seremos consolados en el día en que muramos y vayamos al cielo para recibir nuestros cuerpos nuevos. Ya no lucharemos en contra de la lujuria, ni sobre mezquindades ni sobre nuestros achaques ni para sobrevivir económicamente. Ya no lucharemos sobre nada porque estaremos... ¡libres! Tan sólo el estar libre de la esclavitud de nuestro cuerpo viejo y carne pecaminosa nos será un gran consuelo.
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Millones se han convertido porque un hombre se tomó el tiempo necesario hasta escuchar la voz de Dios. Saulo “cayendo en tierra oyó una voz” (Hechos 9:4). Y cuando él llegó a ser Pablo, seguía oyendo esa voz. El Señor habló con él, hombre a hombre.
Pedro permitió que la voz del Salvador llegara a él. “Pedro subió a la azotea para orar…Y le vino una voz” (Hechos 10:9,13).
Las puertas del reino se abrieron a causa de un hombre que obedeció a una voz. Estamos viviendo en los mismos tiempos del Nuevo Testamento que vivieron Pablo y Pedro. Nosotros también, debemos permitir que Su voz venga a nosotros. ¡Lo que Dios podría hacer con los cristianos que aprendan a oír del cielo!
En lugar de esperar que Su voz venga a nosotros, corremos buscando consejeros y psicólogos cristianos. Corremos de una sesión a otra, leyendo libros, escuchando grabaciones, anhelando oír de Dios. Queremos una palabra clara de dirección para nuestras vidas y buscamos que los pastores nos digan lo que está bien y lo que está mal.
Deseamos un líder a quien seguir, un diagrama para el futuro. Pero son pocos los que saben cómo ir al Señor y oír su voz. Muchos saben cómo llamar la atención de Dios, cómo tocar verdaderamente a Dios, pero no tienen idea de cómo Dios los puede alcanzar.
“El que tiene oídos para oír, oiga” (Mateo 11:15).
Dios quiere sacudir la tierra una vez más. “Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos. La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo” (Hebreos 12:25-26).
A la última iglesia, la iglesia de Laodicea, el Señor le dice: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).
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Millones se han convertido porque un hombre se tomó el tiempo necesario hasta escuchar la voz de Dios. Saulo “cayendo en tierra oyó una voz” (Hechos 9:4). Y cuando él llegó a ser Pablo, seguía oyendo esa voz. El Señor habló con él, hombre a hombre.
Pedro permitió que la voz del Salvador llegara a él. “Pedro subió a la azotea para orar…Y le vino una voz” (Hechos 10:9,13).
Las puertas del reino se abrieron a causa de un hombre que obedeció a una voz. Estamos viviendo en los mismos tiempos del Nuevo Testamento que vivieron Pablo y Pedro. Nosotros también, debemos permitir que Su voz venga a nosotros. ¡Lo que Dios podría hacer con los cristianos que aprendan a oír del cielo!
En lugar de esperar que Su voz venga a nosotros, corremos buscando consejeros y psicólogos cristianos. Corremos de una sesión a otra, leyendo libros, escuchando grabaciones, anhelando oír de Dios. Queremos una palabra clara de dirección para nuestras vidas y buscamos que los pastores nos digan lo que está bien y lo que está mal.
Deseamos un líder a quien seguir, un diagrama para el futuro. Pero son pocos los que saben cómo ir al Señor y oír su voz. Muchos saben cómo llamar la atención de Dios, cómo tocar verdaderamente a Dios, pero no tienen idea de cómo Dios los puede alcanzar.
“El que tiene oídos para oír, oiga” (Mateo 11:15).
Dios quiere sacudir la tierra una vez más. “Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos. La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo” (Hebreos 12:25-26).
A la última iglesia, la iglesia de Laodicea, el Señor le dice: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).
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Pedro permitió que la voz del Salvador llegara a él. “Pedro subió a la azotea para orar…Y le vino una voz” (Hechos 10:9,13).
Las puertas del reino se abrieron a causa de un hombre que obedeció a una voz. Estamos viviendo en los mismos tiempos del Nuevo Testamento que vivieron Pablo y Pedro. Nosotros también, debemos permitir que Su voz venga a nosotros. ¡Lo que Dios podría hacer con los cristianos que aprendan a oír del cielo!
En lugar de esperar que Su voz venga a nosotros, corremos buscando consejeros y psicólogos cristianos. Corremos de una sesión a otra, leyendo libros, escuchando grabaciones, anhelando oír de Dios. Queremos una palabra clara de dirección para nuestras vidas y buscamos que los pastores nos digan lo que está bien y lo que está mal.
Deseamos un líder a quien seguir, un diagrama para el futuro. Pero son pocos los que saben cómo ir al Señor y oír su voz. Muchos saben cómo llamar la atención de Dios, cómo tocar verdaderamente a Dios, pero no tienen idea de cómo Dios los puede alcanzar.
“El que tiene oídos para oír, oiga” (Mateo 11:15).
Dios quiere sacudir la tierra una vez más. “Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos. La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo” (Hebreos 12:25-26).
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Pedro permitió que la voz del Salvador llegara a él. “Pedro subió a la azotea para orar…Y le vino una voz” (Hechos 10:9,13).
Las puertas del reino se abrieron a causa de un hombre que obedeció a una voz. Estamos viviendo en los mismos tiempos del Nuevo Testamento que vivieron Pablo y Pedro. Nosotros también, debemos permitir que Su voz venga a nosotros. ¡Lo que Dios podría hacer con los cristianos que aprendan a oír del cielo!
En lugar de esperar que Su voz venga a nosotros, corremos buscando consejeros y psicólogos cristianos. Corremos de una sesión a otra, leyendo libros, escuchando grabaciones, anhelando oír de Dios. Queremos una palabra clara de dirección para nuestras vidas y buscamos que los pastores nos digan lo que está bien y lo que está mal.
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“El que tiene oídos para oír, oiga” (Mateo 11:15).
Dios quiere sacudir la tierra una vez más. “Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos. La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo” (Hebreos 12:25-26).
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Pedro permitió que la voz del Salvador llegara a él. “Pedro subió a la azotea para orar…Y le vino una voz” (Hechos 10:9,13).
Las puertas del reino se abrieron a causa de un hombre que obedeció a una voz. Estamos viviendo en los mismos tiempos del Nuevo Testamento que vivieron Pablo y Pedro. Nosotros también, debemos permitir que Su voz venga a nosotros. ¡Lo que Dios podría hacer con los cristianos que aprendan a oír del cielo!
En lugar de esperar que Su voz venga a nosotros, corremos buscando consejeros y psicólogos cristianos. Corremos de una sesión a otra, leyendo libros, escuchando grabaciones, anhelando oír de Dios. Queremos una palabra clara de dirección para nuestras vidas y buscamos que los pastores nos digan lo que está bien y lo que está mal.
Deseamos un líder a quien seguir, un diagrama para el futuro. Pero son pocos los que saben cómo ir al Señor y oír su voz. Muchos saben cómo llamar la atención de Dios, cómo tocar verdaderamente a Dios, pero no tienen idea de cómo Dios los puede alcanzar.
“El que tiene oídos para oír, oiga” (Mateo 11:15).
Dios quiere sacudir la tierra una vez más. “Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos. La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo” (Hebreos 12:25-26).
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Pedro permitió que la voz del Salvador llegara a él. “Pedro subió a la azotea para orar…Y le vino una voz” (Hechos 10:9,13).
Las puertas del reino se abrieron a causa de un hombre que obedeció a una voz. Estamos viviendo en los mismos tiempos del Nuevo Testamento que vivieron Pablo y Pedro. Nosotros también, debemos permitir que Su voz venga a nosotros. ¡Lo que Dios podría hacer con los cristianos que aprendan a oír del cielo!
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Pedro permitió que la voz del Salvador llegara a él. “Pedro subió a la azotea para orar…Y le vino una voz” (Hechos 10:9,13).
Las puertas del reino se abrieron a causa de un hombre que obedeció a una voz. Estamos viviendo en los mismos tiempos del Nuevo Testamento que vivieron Pablo y Pedro. Nosotros también, debemos permitir que Su voz venga a nosotros. ¡Lo que Dios podría hacer con los cristianos que aprendan a oír del cielo!
En lugar de esperar que Su voz venga a nosotros, corremos buscando consejeros y psicólogos cristianos. Corremos de una sesión a otra, leyendo libros, escuchando grabaciones, anhelando oír de Dios. Queremos una palabra clara de dirección para nuestras vidas y buscamos que los pastores nos digan lo que está bien y lo que está mal.
Deseamos un líder a quien seguir, un diagrama para el futuro. Pero son pocos los que saben cómo ir al Señor y oír su voz. Muchos saben cómo llamar la atención de Dios, cómo tocar verdaderamente a Dios, pero no tienen idea de cómo Dios los puede alcanzar.
“El que tiene oídos para oír, oiga” (Mateo 11:15).
Dios quiere sacudir la tierra una vez más. “Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos. La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo” (Hebreos 12:25-26).
A la última iglesia, la iglesia de Laodicea, el Señor le dice: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).
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PODEMOS ESCUCHAR HOY SU VOZ
by David Wilkerson
Millones se han convertido porque un hombre se tomó el tiempo necesario hasta escuchar la voz de Dios. Saulo “cayendo en tierra oyó una voz” (Hechos 9:4). Y cuando él llegó a ser Pablo, seguía oyendo esa voz. El Señor habló con él, hombre a hombre.
Pedro permitió que la voz del Salvador llegara a él. “Pedro subió a la azotea para orar…Y le vino una voz” (Hechos 10:9,13).
Las puertas del reino se abrieron a causa de un hombre que obedeció a una voz. Estamos viviendo en los mismos tiempos del Nuevo Testamento que vivieron Pablo y Pedro. Nosotros también, debemos permitir que Su voz venga a nosotros. ¡Lo que Dios podría hacer con los cristianos que aprendan a oír del cielo!
En lugar de esperar que Su voz venga a nosotros, corremos buscando consejeros y psicólogos cristianos. Corremos de una sesión a otra, leyendo libros, escuchando grabaciones, anhelando oír de Dios. Queremos una palabra clara de dirección para nuestras vidas y buscamos que los pastores nos digan lo que está bien y lo que está mal.
Deseamos un líder a quien seguir, un diagrama para el futuro. Pero son pocos los que saben cómo ir al Señor y oír su voz. Muchos saben cómo llamar la atención de Dios, cómo tocar verdaderamente a Dios, pero no tienen idea de cómo Dios los puede alcanzar.
“El que tiene oídos para oír, oiga” (Mateo 11:15).
Dios quiere sacudir la tierra una vez más. “Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos. La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo” (Hebreos 12:25-26).
A la última iglesia, la iglesia de Laodicea, el Señor le dice: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).
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Pedro permitió que la voz del Salvador llegara a él. “Pedro subió a la azotea para orar…Y le vino una voz” (Hechos 10:9,13).
Las puertas del reino se abrieron a causa de un hombre que obedeció a una voz. Estamos viviendo en los mismos tiempos del Nuevo Testamento que vivieron Pablo y Pedro. Nosotros también, debemos permitir que Su voz venga a nosotros. ¡Lo que Dios podría hacer con los cristianos que aprendan a oír del cielo!
En lugar de esperar que Su voz venga a nosotros, corremos buscando consejeros y psicólogos cristianos. Corremos de una sesión a otra, leyendo libros, escuchando grabaciones, anhelando oír de Dios. Queremos una palabra clara de dirección para nuestras vidas y buscamos que los pastores nos digan lo que está bien y lo que está mal.
Deseamos un líder a quien seguir, un diagrama para el futuro. Pero son pocos los que saben cómo ir al Señor y oír su voz. Muchos saben cómo llamar la atención de Dios, cómo tocar verdaderamente a Dios, pero no tienen idea de cómo Dios los puede alcanzar.
“El que tiene oídos para oír, oiga” (Mateo 11:15).
Dios quiere sacudir la tierra una vez más. “Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos. La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo” (Hebreos 12:25-26).
A la última iglesia, la iglesia de Laodicea, el Señor le dice: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).
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PODEMOS ESCUCHAR HOY SU VOZ
by David Wilkerson
PODEMOS ESCUCHAR HOY SU VOZ
PODEMOS ESCUCHAR HOY SU VOZ
by David Wilkerson | October 11, 2013 - See more at: http://sermons.worldchallenge.org/es/node/24910?src=devo-email#sthash.9iGsD2m1.dpuf
PODEMOS ESCUCHAR HOY SU VOZ
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DETENCIÓN DE LA CARNE
John MacArthur
¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. (Salmo 119:9)
La conducta santa que produce estabilidad espiritual depende de la obediencia a la norma divina de la Palabra de Dios. La Palabra es la que cultiva las actitudes, los pensamientos y la conducta que evitará que usted sea aplastado por las pruebas y las tentaciones.
A fin de comprender la relación entre las actitudes, los pensamientos y la conducta, considere esta analogía. Si un policía ve a alguien que está a punto de violar la ley, lo detendrá. De igual manera, las actitudes y los pensamientos santos producidos por la Palabra actúan como policías para detener la carne antes que cometa un delito contra la norma de la Palabra de Dios. Pero si no están de guardia, no pueden detener la carne, y la carne está en libertad para violar la ley de Dios.
La analogía enseña que las actitudes y los pensamientos rectos deben preceder a los hábitos rectos. Pablo comprendía que solamente las armas espirituales ayudarán en nuestra lucha contra la carne (2 Co. 10:4). Al usar las armas apropiadas, usted puede llevar “cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (v. 5).
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HORIZONTE INTERNACIONAL
Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos por ellos. De lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos...
Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que aman orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. De cierto os digo que ya tienen su recompensa.
Pero tú, cuando ores, entra en tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en secreto te recompensará.
Y al orar, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que serán oídos por su palabrería. Por tanto, no os hagáis semejantes a ellos, porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad antes que vosotros le pidáis.
Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos: Santificado sea tu nombre, venga tu reino, sea hecha tu voluntad, como en el cielo así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, más líbranos del mal. Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria por todos los siglos. Amén. (Mateo 6:1, 5-13)
La oración es una manera de comunicarte con Dios. Se ora cuando uno pide perdón de sus pecados y cuando pide salvación para su alma y además puedes comunicarle acerca de tus necesidades diarias.
Para mí esta porción de Escritura debe ser titulada “El privilegio de la oración”. Pienso que debemos ver a la oración como un privilegio.
Jesús nos está diciendo que no seamos como los hipócritas. Esto nos indica que sí es posible orar y ser hipócrita a la vez. Nos dice que la gente que quiere ser reconocida está recibiendo su recompensa al impresionar a la gente. Muchos usan su religión, cualquiera que sea, para poder ser vista por los hombres. ¿Por qué buscan ser reconocidos? Creo que se trata del orgullo, de un gran ego que quiere mostrarse muy espiritual. Jesús nos dice que así no debemos orar.
En los tiempos de Jesús se oraba de pie. Pero unos gustaban abusar de esto para atraer la atención. Es que cuando uno se ponía de pie para orar, todos lo hacían también. Jesús nos amonesta no tratar de ser el punto de enfoque.
He estado en reuniones en las cuales el Espíritu de Dios estaba moviéndose tiernamente sobre la gente y unos se pusieron de pie y gritaron en oración. En este caso todos voltean y el enfoque no queda sobre el Señor sino sobre esa persona. Y he visto a otros desanimarse porque no oran tan recio e entusiasta como esa persona.
Entonces cuando oramos no debe ser para llamar la atención de nadie. Aprenderemos que cuando oremos sólo debemos hablar (comunicarnos) con Dios. No tienes que tratar de ser alguien que no eres. Tan solo abre tu corazón y habla con tu Padre Celestial.
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BENDECIDOS PARA SER DE BENDICIÓN
by Gary Wilkerson
Dios quiere bendecirte y favorecerte. Él quiere enriquecer uu matrimonio y tu vida espiritual. Él quiere que seas sabio, que puedas discernir y tomar decisiones inteligentes que te conduzcan a tener bendición en tu vida.
Sin embargo, tenemos que ser cuidadosos con las bendiciones de Dios. No cuidadosos porque Él nos bendice, sino que cuidadosos con lo que hacemos con esas bendiciones. Muchos de nosotros recibimos las bendiciones de Dios, pero luego las convertimos en algo egoísta.
En Lucas 12:16-19, Jesús habla de un hombre que fue bendecido: “La heredad de un hombre rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos?”
Dios es generoso y ama a derramar bendiciones sobre sus hijos. El hombre de esta historia fue bendecido en abundancia, pero al mirar de cerca el conflicto en esta historia, vemos que da un giro en la dirección equivocada.
Vemos que el hombre bendecido “pensaba dentro de sí mismo”. Allí es donde a menudo el problema comienza, mi amigo. Dios comienza a bendecirnos y nosotros empezamos a pensar: “¿Qué voy a hacer con esto?” Cuando comenzamos a preguntarnos qué hacer con nuestros recursos, el egoísmo suele brotar. Mira el lenguaje aquí: “Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos?”
¿De quién son los frutos (bendiciones)? Pertenecen a Dios: ¡Todo pertenece a Dios! Así que la mente de este hombre se estaba volviendo egoísta. Estaba empezando a ver los dones de Dios, las relaciones, los talentos, como cosas que se podrían utilizar para su propio beneficio, y el egoísmo comenzó a penetrar en la fibra misma de quién era.
“Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate.”
Debemos ser muy cuidados cuando escuchamos predicar acerca de las bendiciones de Dios. Nuestra percepción de Sus bendiciones es de vital importancia. ¿Queremos amontonar bendiciones para nosotros mismos y así crear un pequeño capullo perfecto para nuestra comodidad y placer? ¿O queremos mirar a nuestro alrededor y bendecir a los demás? Somos bendecidos desde el mismísimo principio del pacto de Dios de bendecir a la humanidad: ¡Bendecidos para ser de bendición!
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HORIZONTE INTERNACIONAL
Y el mismo Dios de PAZ os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 1 Tesalonicenses 5:23
El apóstol pablo nos muestra aquí que somos seres tri-dimensionales. Primero que todo somos cuerpo. Cuando nos miramos al espejo podemos observar el reflejo de nuestro cuerpo físico. Pero también somos alma. Tu alma es la semilla de tus emociones, tu psiquis, tu personalidad, es la parte de tu ser que está pensando y leyendo estas líneas ahora mismo. Finalmente, existe un tercer componente en nuestro ser, una tercera dimensión que todos los seres humanos poseen, el espíritu. Sin embargo no todos poseen un espíritu que esté vivo.
Jesús dijo en Juan 3, verso 7: “No te maravilles de que te dije: os es necesario nacer de nuevo”. El énfasis está en la palabra “es necesario”. No era una opción en aquel momento al igual que no es solo una opción hoy. A no ser que el hombre nazca de nuevo, no existe manera alguna de que algún día llegue al cielo. La parte de nosotros que regresa a la vida cuando nacemos de nuevo es nuestro espíritu. Antes de esta experiencia somos tan solo cuerpo y alma, pero al instante de recibir a Jesús como nuestro Señor y Salvador y nacer de nuevo, nuestro espíritu recobra la vida y pasamos a experimentar plenamente las tres dimensiones de las que Pablo nos habla en este pasaje.
Al mirar hacia atrás vemos que las tentaciones a las que Jesús fue sometido por Satanás, llevaban como objetivo atacar las tres dimensiones de las que hablamos. Al cuerpo: “convierte estas piedras en pan”, satisface tus necesidades físicas. Al alma: “Si eres el Hijo de Dios, échate de aquí abajo”; como si dijera “Pruébate a ti mismo en frente de todos”. Al espíritu: “Todo esto te daré, si postrado me adorares”.
¿Acaso alguna de estas tentaciones causó que Jesús cayera? ¡NO!
Tú y yo tampoco necesitamos sucumbir a la tentación. Cuando esa tercera dimensión que es el espíritu está viva dentro de nosotros y la estamos alimentando a través de la palabra, la oración y el compañerismo, podemos entonces experimentar la victoria total sobre la tentación.
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ESTEMOS FIRMES
John MacArthur
Estad así firmes en el Señor. (Filipenses 4:1)
El versículo de hoy trae a la mente la imagen de un soldado que se mantiene firme en medio de la batalla. Pablo empleó la misma metáfora en Efesios 6:11: “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo”. Estar firmes espiritualmente quiere decir no comprometer su testimonio cristiano al dejarse abatir por las pruebas o las tentaciones.
Me entristece que muchos creyentes no toman en serio a Dios y sus mandamientos. En vez de conocer a Dios, muchos prefieren que los entretengan. Esa indiferencia considera sus mandamientos como simples sugerencias. Pero nuestro soberano Señor nos manda que estemos firmes. Inmanente en ese mandato está la capacidad de obedecer.
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HORIZONTE INTERNACIONAL
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. (Mateo 5:4)
Las Bienaventuranzas pueden ser difíciles de entender. Vemos que hay una bendición pero que esa bendición tiene que ver con algo que suena un poco negativo. Nos muestran que es muy difícil ser cristiano. Pero también vemos que lo que sigue a lo negativo (llorar) es lo positivo (ser consolado). Lo positivo de las Bienaventuranzas es lo que viene después de las pruebas.
Nos dicen que pasaremos por experiencias difíciles pero que Dios promete restaurarnos completamente. Esta Bienaventuranza es un gran ejemplo.
Dice Jesús que eres bendecido o bendecida si eres una persona que llora. No quiere decir que debemos andar alrededor con una cara amarga todo el tiempo. Debemos tener una actitud de llorar acerca de toda la maldad que vemos a nuestro alrededor, en nuestra ciudad y en el mundo. Sólo abre el periódico y lee un par de páginas. ¿No se te encoje el corazón cuando ves toda la violencia, corrupción, balazos, enfermedades y pornografía? Jesús también habla acerca del lloro sobre la condición de los corazones y almas de la gente que practica estas cosas traicioneras. Es que la gente de corazón corrupto llorará por siempre.
He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá: aun los que le traspasaron. Todas las tribus de la tierra harán lamentación por él.
Apocalipsis 1:7
Jesús dice que cuando tengamos esta actitud de llorar sobre el pecado, nuestro consuelo vendrá de Dios. Finalmente seremos consolados en el día en que muramos y vayamos al cielo para recibir nuestros cuerpos nuevos. Ya no lucharemos en contra de la lujuria, ni sobre mezquindades ni sobre nuestros achaques ni para sobrevivir económicamente. Ya no lucharemos sobre nada porque estaremos... ¡libres! Tan sólo el estar libre de la esclavitud de nuestro cuerpo viejo y carne pecaminosa nos será un gran consuelo.
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HORIZONTE INTERNACIONAL
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga. (Mateo 11:28-30)
Aunque el yugo del Señor es fácil y él no nos da una carga pesada para llevar, esto no es una excusa para que el hombre o la mujer cristiana sean ociosos o faltos de diligencia en su trabajo o ministerio.
Cuan Dios busca personas para que le sirvan, no va en pos de aquellas que son flojas o de marcha lenta, en lugar de esto él acude a aquellas que están trabajando y sirviendo fielmente. Quizás desde la perspectiva del mundo se encuentren sirviendo o trabajando en capacidades bajas o simples, pero están siendo fieles y diligentes, y son estas personas a las que Dios busca para bendecir y usar de acuerdo a sus propósitos.
Moisés estaba ocupado cuidando del rebaño en el monte de Horeb cuando Dios lo llamó. También Gedeón estaba ocupado trillando el trigo cerca de la encina cuando el ángel vino a él. Saúl estaba ocupado buscando a la oveja perdida de su padre cuando fue llamado. David estaba ocupado cuidando las ovejas de su padre. Elías se encontraba arando con 12 bueyes. Nehemías estaba llevando la copa de vino al rey. Amos estaba ocupado siguiendo al rebaño y cultivando higos y sicómoros. Pedro y Andrés estaban echando sus redes a la mar mientras Santiago y Juan estaban remendando las redes en la orilla. Mateo estaba recolectando los impuestos y Saulo estaba ocupado persiguiendo a los amigos de Jesús cuando todos estos fueron llamados a ayudar a Jesús en la expansión del Reino de su Padre.
En este mundo tan ocupado en que vivimos, podemos cansarnos fácilmente. Pero estar ocupados para el Rey trae consigo descanso espiritual el cual no se halla en ningún otro lugar pues hemos encontrado las respuestas de la vida y no necesitamos mas dejarnos cargar por las ansiedades de este mundo.
Ocúpate en los negocios de tu Padre en este día. Sé fiel en aquellos a lo que Dios te ha llamado. Lleva el yugo que Jesús ha diseñado para ti y sé testigo de cómo él te usa para alcanzar grandes cosas para su Reino.
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CONSUMIDAS POR LAS LLAMAS
John MacArthur
Él pasará como la flor de la hierba. Porque cuando sale el sol con calor abrasador, la hierba se seca, su flor se cae, y perece su hermosa apariencia; así también se marchitará el rico en todas sus empresas. (Santiago 1:10-11)
Los ricos por lo general no se dan cuenta de que no pueden llevarse consigo sus riquezas. Solo los que han sido humillados delante de Dios saben que la vida es “neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece” (Stg. 4:14).
En el versículo de hoy, Santiago escribe acerca de la hierba y las flores de Palestina que florecen con hermosos colores en febrero y se marchitan antes de mayo. Santiago también toma prestada parte de su ilustración de Isaías 40:6-8. El calor abrasador, que pudiera referirse al viento abrasador conocido como un siroco, destruye a su paso la vegetación. Es ilustrativo del furor de la muerte y del juicio divino que pone fin a la vida terrenal del rico y sus bienes materiales.
Cuando se consuman por las llamas las posesiones del rico, él tendrá las verdaderas riquezas, al igual que las del pobre. Si usted es rico, asegúrese de que tenga un verdadero espíritu de humildad y no confíe en las posesiones de la vida.
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HORIZONTE INTERNACIONAL
Nadie pone parche de tela nueva en vestido viejo, porque el parche tira del vestido y la rotura se hace peor. Tampoco echan vino nuevo en odres viejos, porque los odres se rompen, el vino se derrama, y los odres se echan a perder. Más bien, echan vino nuevo en odres nuevos, y ambos se conservan. (Mateo 9:16-17)
A través de los años he encontrado que a la gente no le gusta mucho el cambio. Amamos la estabilidad. Queremos saber de dónde va a venir nuestra próxima comida, y que la renta ya esté pagada; que todas las cosas estén en un orden perfecto.
Por cuanto no cambian, ni temen a Dios. Salmos 55:19b
Es posible que al poner todo en orden limitemos lo que Dios quiere hacer en nuestra vida. Es posible que Dios tiene otro orden en vista. Él quiere expandir y movernos a su ritmo, no al nuestro. ¿Es posible que Dios quiere hacer algo nuevo en tu vida? Si Dios quiere hacer algo nuevo, nosotros debemos dejar lo viejo.
Esta parábola de Jesús dice que si se rasgaron tus pantalones vaqueros no usarías una tela nueva para remendarlos porque el parche se va a encoger. La próxima vez que lavas los pantalones se desgarrarán más.
Es posible que hayas tratado de remendar tu propia vida ya por años. La gente trata de hacerlo todo el tiempo. Pero Dios no quiere que pongas parches en tu vida porque él quiere cambiarla y hacerla nueva.
¿Hay áreas en tu vida que Dios desea cambiar? No temes lo que Dios quiere hacer. Sé abierto(a) a su Espíritu y permítelo trabajar en tu vida. Él quiere hacerte ese hombre o esa mujer de Dios que él quiere que seas.
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CON TODO SU CORAZÓN
by David Wilkerson
Dios asegura promesas especiales para aquellos que determinan buscarle con todo su corazón. Una de esas promesas es el pacto de Su presencia. No obstante, este pacto es estrictamente condicional. Las escrituras dejan en claro que si nos atenemos a la regla de este pacto, gozaremos de la increíble bendición de la presencia de Dios en nuestras vidas. Y esto no se refiere tan solo a asuntos de salvación. Habla de ser tal buscador de Dios que Su impresionante presencia es derramada sobre nosotros y es vista y conocida por todos.
Dios reveló este pacto de su presencia a través de un profeta anónimo quien le entregó un mensaje a Elí, el sumo sacerdote de Israel. En ese tiempo, Elí estaba descarriado. El Señor le había hablado, advirtiéndole en contra de permitir el pecado y la transigencia, pero Elí había ignorado todas las palabras de Dios. Y ahora, este profeta anónimo le dijo a Elí: “Por tanto, Jehová el Dios de Israel dice: Yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí perpetuamente; mas ahora ha dicho Jehová: Nunca yo tal haga, porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco.” (1 Samuel 2:30).
La frase “tenidos en poco” tiene que ver con Dios quitando su presencia. Esto no significa que una persona está maldita, sino más bien que tendrá que caminar por el poder de su propia carne. Dios le estaba diciendo a Elí, “Mi intención fue bendecir tu casa, favorecerte, pero me has menospreciado, volviéndote suave con el pecado y permitiendo que tu lujuria me eche a un lado. ¡Ahora quitare mi presencia de ti!”
Muchas personas vienen a Cristo con una gran explosión inicial de fe. Sin embargo, al pasar el tiempo su celo se acaba, y comienzan a descuidar al Señor. “Tienen en poco” sus mandamientos y vuelven a sus viejos caminos de pecado. Aún así todavía creen que la presencia de Dios permanece sobre ellos. Pero eso es una mentira, una ilusión. La Biblia deja en claro que si tú lo abandonas, ¡Él te abandonará!
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LA PRUEBA DEL AGUA
John MacArthur
También nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza. (Romanos 5:3-4)
Los joyeros usan “la prueba del agua” como una de las maneras más seguras de identificar un verdadero diamante. Una piedra de imitación nunca es tan brillante como una piedra genuina, pero a veces no puede determinarse la diferencia a simple vista. Los joyeros saben que un diamante genuino puesto en el agua centellea refulgente, mientras que el brillo de la imitación es prácticamente opaco. Esa prueba hace relativamente fácil seleccionar el verdadero diamante.
A modo de analogía, encuentro que la fe de muchas personas bajo las aguas de la tristeza o la aflicción no es más que una imitación. Sin embargo, cuando un verdadero hijo de Dios está hundido en una prueba, brillará más refulgente que nunca.
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HORIZONTE INTERNACIONAL
Y el mismo Dios de PAZ os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. (1 Tesalonicenses 5:23)
El apóstol pablo nos muestra aquí que somos seres tri-dimensionales. Primero que todo somos cuerpo. Cuando nos miramos al espejo podemos observar el reflejo de nuestro cuerpo físico. Pero también somos alma. Tu alma es la semilla de tus emociones, tu psiquis, tu personalidad, es la parte de tu ser que esta pensando y leyendo estas líneas ahora mismo. Finalmente, existe un tercer componente en nuestro ser, una tercera dimensión que todos los seres humanos poseen, el espíritu. Sin embargo no todos poseen un espíritu que esté vivo.
Jesús dijo en Juan 3, verso 7: “No te maravilles de que te dije: os es necesario nacer de nuevo”. El énfasis está en la palabra “es necesario”. No era una opción en aquel momento al igual que no es solo una opción hoy. A no ser que el hombre nazca de nuevo, no existe manera alguna de que algún día llegue al cielo. La parte de nosotros que regresa a la vida cuando nacemos de nuevo es nuestro espíritu. Antes de esta experiencia somos tan solo cuerpo y alma, pero al instante de recibir a Jesús como nuestro Señor y Salvador y nacer de nuevo, nuestro espíritu recobra la vida y pasamos a experimentar plenamente las tres dimensiones de las que Pablo nos habla en este pasaje.
Al mirar hacia atrás vemos que las tentaciones a las que Jesús fue sometido por Satanás, llevaban como objetivo atacar las tres dimensiones de las que hablamos. Al cuerpo: “convierte estas piedras en pan”, satisface tus necesidades físicas. Al alma: “Si eres el Hijo de Dios, échate de aquí abajo”; como si dijera “Pruébate a ti mismo en frente de todos”. Al espíritu: “Todo esto te daré, si postrado me adorares”.
¿Acaso alguna de estas tentaciones causó que Jesús cayera? ¡NO!
Tú y yo tampoco necesitamos sucumbir a la tentación. Cuando esa tercera dimensión que es el espíritu está viva dentro de nosotros y la estamos alimentando a través de la palabra, la oración y el compañerismo, podemos entonces experimentar la victoria total sobre la tentación.