TODA LA ESCRITURA – Parte 1
La Palabra de Dios afirma que “toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2ª Timoteo 3:16-17).
Vivimos en un tiempo donde la ciencia y los científicos se han adjudicado el rol de representar la autoridad definitiva de la humanidad. Los líderes cristianos tienen que refutar la falsamente llamada ciencia de la filosofía evolutiva(1ª Timoteo 6:20) o abandonar su responsabilidad de refutar las herejías que se levantan en desafío y blasfemia a la autoridad de la Palabra de Dios (2ª Pedro 2:1). La gran mentira de Satanás, la evolución, tuerce la Palabra empezando desde el principio de la misma, desde el registro que tenemos sobre el inicio de la creación (2ª Pedro 3:4), y corrompe todas las demás doctrinas bíblicas al socavar la necesidad de redención (si no hubo primer hombre, tampoco hubo primer pecado) y menospreciar toda autoridad de la Palabra. El libro de Génesis está escrito obviamente, a manera de narrativa histórica. Una simple lectura del texto presenta claramente una creación reciente que fue traída a la existencia por la mera palabra de un Creador omnipotente y omnisciente. Aún siendo esto tan claro, muchos de los maestros y expertos bíblicos menosprecian por completo los primeros once capítulos de Génesis y los clasifican como alegorías místicas, cambiando o agregando palabras o significados e interpretando el texto para que concuerde con las ideas presentadas al mundo por científicos de opinión ateo-evolucionista.
Algunos insertan una brecha entre los primeros dos versículos del primer capítulo de Génesis para poder considerar dentro de la Biblia los grandes periodos de tiempo que la “ciencia” ha indicado se necesitan en nuestra historia. Otros, afirman que las diferencias presentadas entre los primeros dos capítulos de Génesis son evidencia que la gente de aquellos tiempos no tenía capacidad de redactar bien sus ideas, y que ahora nosotros, seres “más avanzados e iluminados” debemos descartar esas historias para quedarnos con los “hechos” de la ciencia moderna. Pero, para todos aquellos que anhelan conocer la Palabra de Dios y al autor de dicha Palabra, y tomar una postura sobre la autoridad de la Palabra de Dios en todo su contenido empezando desde el primer verso del primer libro, deben considerar lo siguiente: que el Señor Jesús citó pasajes de los primeros dos capítulos de Génesis refiriéndose a ellos como historia literal y veraz. Si estos dos capítulos de Génesis no contienen narrativa histórica y son en realidad mitos, entonces el Señor Jesucristo estaba engañado o estaba mintiendo. La mayoría de los autores de los libros del Nuevo Testamento también hacen referencia a estos primeros capítulos de Génesis, y todos ellos sin excepción, hablan de tales pasajes refiriéndose a ellos como historia real y literal. Muchos de los escritores del Antiguo Testamento (incluyendo a Moisés y los libros del Pentateuco)citan o hacen referencia a la primer semana, la semana de la Creación, y todos ellos sin excepción, se refieren a esta historia como eventos literales y verdaderos. Dios se refiere a sí mismo en múltiples ocasiones como el Creador, cuando se dirige a sus profetas o a reyes de la historia. En conclusión, en todos lados, a lo largo de los 66 libros de la Biblia, la semana de la Creación es presentada como un hecho real, literal y veraz. Si la historia de la Creación no es un evento verídico y literal, entonces, toda la Escritura está equivocada acerca de este punto, o el Dios que ha dicho inspirar toda la Escritura está equivocado. Ninguna postura concuerda con la verdad y confiabilidad presentada en toda la Palabra de Dios ¿En verdad vamos a minar la Palabra de Dios menospreciándola en un punto? Si la Palabra de Dios está equivocada en una sola de sus enseñanzas, no tiene sentido confiar en ella en todas las demás de sus enseñanzas. Mas la Palabra de Dios es verdad. Por el primer hombre el pecado ha pasado a nuestras vidas y a nuestras familias. No hay hombre bueno (Romanos 3:9-20). Nuestro pecado merece la muerte eterna y la exclusión eterna de la presencia de Dios (Romanos 3:23), pero Dios nos ofrece perdón y vida eterna solamente a través de Jesucristo (Romanos 3:24-25). No dude de la Palabra, es ella la luz en nuestro camino (Salmos 119:105) y quien nos revela el perdón de Dios en Cristo Jesús (Romanos 1:17, 10:17).
Adaptado de “The Whole Counsel of God” Acts & Facts Magazine, Vol. 44, No. 1.Enero, 2015. Página 5-7. Henry M. Morris III.
Traducido por José Luis De Leon
(Ver en la sección de Escudriñando las Escrituras, el artículo “Dios estuvo allí” en el archivo de Escrito está:).