Escorpiones, Armados y Peligrosos
De entre todos los artrópodos, los escorpiones parecen estar en los primeros lugares de los más temidos. Con sus grandes tenazas en un extremo y su largo y puntiagudo aguijón en el otro, su intimidante postura Ninja y su terrible nombre no es sorpresa que producen temor en muchos. Pero la mayoría de los escorpiones no son más peligrosos que una abeja o una avispa. Aunque tienen una reputación letal, solamente 25 de más de 1,500 clases de escorpiones pueden resultar fatales a los humanos.
Pareciera ser difícil de creer que los escorpiones, estos depredadores diseñados por la mano de Dios, alguna vez se sostenía alimentándose únicamente de vegetación. Pero en Génesis 1:30 Dios dice: “Y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así”.
Un mundo donde los animales no comen otros animales parece imposible de concebir o entender. Aunque desconocemos todos los detalles de cómo funcionaban las cosas en un mundo perfecto, sabemos que los escorpiones no dañaban a los humanos. Esta conducta fue producto del pecado de Adán.
Hasta hace apenas pocos años se pensaba que todas las arañas eran depredadores. Entonces, un grupo de investigadores encontró una araña cuya alimentación consiste exclusivamente de vegetación en América Central. Si una araña puede vivir solamente de plantas, ¿por qué no un escorpión?
Aún el aguijón del escorpión puedo haberse desarrollado después del pecado de Adán o haber sido utilizado en actividades no violentas como en el cortejo. Las instrucciones genéticas para producir los cambios necesarios para convertir al escorpión en un depredador pudieron haber estado presentes al momento de la creación. Veamos qué características existen hoy en día en estos pequeños animales que, aún después del primer pecado, siguen declarando la gloria de Dios.
Un arsenal terrible. Es imposible contemplar a un escorpión y pasar por alto sus impresionantes armas. Las partes más obvias consisten en su aguijón montado sobre la punta del abdomen y sus tenazas en forma de brazos. Las tenazas capturan a las presas que consisten mayormente de insectos pequeños (los escorpiones más grandes llegan a capturar pequeños roedores y reptiles). Si la presa es grande y quiere resistirse a ser capturada, el escorpión puede lanzar el aguijón sobre su cabeza y enterrarlo para eliminar la resistencia. Los músculos que rodean las glándulas venenosas dentro del aguijón se contraen en ese momento para llevar el veneno hacia fuera de la punta del aguijón. Este veneno neurotóxico rápidamente mata o inmoviliza a la presa. La sofisticación de la envío del veneno está maravillosamente diseñada para un mundo caído. Ciertos escorpiones manejan dos tipos de veneno, uno menos tóxico que es transparente y otro más tóxico que es opaco. El escorpión puede escoger inyectar el mejor veneno según la ocasión.
Combustible líquido. Una vez que la presa ha sido subyugada las tenazas la llevan a la boca del escorpión constituida de varias partes que trituran y despedazan a la presa. Un escorpión solo puede ingerir comida líquida, así que debe combinar los pedazos de su presa con líquidos digestivos que secreta en la cavidad pre-oral. Una vez que la comida se convierte en sopa, puede ser tragada. Cualquier resto sólido es atrapado por ciertas cerdas en la cavidad pre-oral que constituyen el filtro de este combustible que entra al cuerpo del escorpión.
Un arreglo muy completo de sensores. Además de que Dios diseñó en el escorpión un arsenal impresionante para cazar y poder defenderse también los equipó con varios sensores para poder estar alerta de su entorno. Con dos ojos muy sensibles en la parte alta de su cefalotórax y dos o cinco más pares de ojos a los lados, este cazador nocturno está bien equipado para detectar a otros animales aún con la escasa luz de la noche. En la parte inferior del abdomen se encuentra un par de estructuras largas en forma de panal que barren el suelo. Estas estructuras detectan la textura del piso así como vibraciones provenientes de los movimientos de otras creaturas. Estos y otros órganos sensoriales le permiten al escorpión estar listo en caso de encontrarse con comida o con alguna amenaza.
El escorpión es un recordatorio viviente de la maldición del pecado y de las consecuencias mortales de nuestro pecado contra un Dios santo y justo. El pecado de Adán en el jardín del Edén trajo toda la muerte y sufrimiento que vemos en el mundo hoy en día. Pero, dado que Dios nos ama, Él envió a Su Hijo, Jesucristo, para sufrir el castigo por nuestro pecado en nuestro lugar y poder redimir así a quienes se rinden a Él (Hechos 2:22-24; Juan 3:16-20). Un día Dios mismo regresará a esta creación caída. En ese momento, eliminará todas las relaciones del tipo presa y depredador, todo el veneno y el dolor, y asimismo todo temor. En ese día el escorpión regresará a su dieta original (Isaías 11:6-9).
Scorpions: armed and dangerous. Tomado de Answers Magazine, Vol 8, No. 1. Enero-Marzo 2013. Página 22-24.