Génesis, el libro del fundamento del CRISTIANISMO.

Por Prof. Rubén Berra

Génesis es la historia del origen de los cielos, la tierra, y todo lo que en ellos existe. En él descansan las preguntas fundamentales de la existencia del hombre, y la sociedad: ¿De dónde venimos? ¿Cuál es el significado de nuestra vida? ¿Por qué el sufrimiento y la muerte? ¿Qué pasará al morir?

El Libro del Génesis es de vital importancia porque en él se encuentra el fundamento del CRISTIANISMO, la razón del sufrimiento, muerte y resurrección de Jesucristo, esto es, la redención del pecado. Por lo anterior, podemos entender por qué es también el libro más atacado, pues como claramente está escrito, "Si fueren destruidos los fundamentos, ¿qué ha de hacer el justo?" (Salmo 11:3).

 La actitud de nuestra vida es producto de nuestras creencias. El desdeñar o malinterpretar el Libro del Génesis, 1er libro de la Biblia, trae como consecuencia una vida cristiana débil, esto es, la aceptación de conceptos que delante de Dios son pecado, no obstante, aceptados por el pensamiento humanista tales como, aborto, divorcio, homosexualidad, relaciones fuera del matrimonio, etc.

 ¿Se ha preguntado de donde viene la violencia escolar, el incremento en homicidios y suicidios, divorcios, y muchas otras actitudes del ser humano? Desgaciada y simplemente por no aceptar que somos creación única de Dios, en vez de pensar que somos producto de la evolución animal por una serie de accidentes al azar, como el sistema educativo ha implantado en la mente de generaciones y generaciones de niños. ¿Cree usted que los niños en una hora de escuela dominical van a creer que Dios los creó, que hay un plan perfecto en su vida, cuando durante 6 hrs (sin contar lo que reciben de la TV) cada día en la escuela, le están inculcando que son descendientes de los simios? ¿Qué actitud espera del niño cuando crezca? Si el niño sabe que Dios lo creó, crecerá en el temor de Dios, sabiendo que tendrá que responder algún día a su Creador; en cambio, si es producto animal, no tiene que responder a nadie de sus actitudes...ni a sus padres, en especial en la sociedad que estamos viviendo.

 Lo más triste es que en cuestiones que parecen intracendentes, como el pensar en un mundo que tiene 4.5 miles de millones de años, estamos destruyendo el fundamento de nuestra creencia cristiana: que el sufrimiento, enfermedades, y la muerte, son producto del pecado de Adán y Eva, por lo que nosotros somos pecadores, y que nadie, sino Jesucristo, el Hijo unigénito de Dios, tuvo que venir y sufrir para redimirnos del pecado.

 Si pensamos en pequeñas cosas como que los dinosaurios vivieron hace millones de años antes del hombre, negamos la Creación de Dios (6º día), y hacemos mentiroso a Cristo siendo que en los evangelios Él hace referencia a la Creación (vgr. Marcos 10:6), y al Diluvio (vgr Mateo 24:38). Lógicamente, también, invalidamos la muerte de Cristo por nuestros pecados, pues si los dinosaurios vivieron antes del hombre...y eran carnívoros, quiere decir que hubo derramamiento de sangre y muerte ¡antes del pecado! (Romanos 5:12)

Como podemos ver, el Evangelio debe regresar a sus orígenes, y ese es nuestro ministerio...